Mensajes para creyentes nuevos: Amor a los hermanos, El #22, por Watchman Nee

II. EL MANDAMIENTO DE AMAR

Leemos en 1 Juan 3:11: “Porque éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros”. Y el versículo 23 dice: “Y éste es Su mandamiento: Que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado”.

Dios manda que nos amemos unos a otros. El manda dos cosas: que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros. Puesto que ya creímos, debemos también amar. Dios nos dio este amor y luego nos dio el mandamiento de amarnos unos a otros. Debemos amarnos unos a otros con el amor que Dios nos dio, esto es, usar el amor que Dios puso en nosotros. Debemos aplicarlo según su naturaleza y nunca debemos apagarlo ni herirlo.

En 1 Juan 4:7-8 se nos dice: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”.

Debemos amarnos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios, pero quienes no aman, no han conocido a Dios; porque Dios es amor. Cuando Dios nos engendró, puso Su amor en nosotros. Nosotros no teníamos amor, pero ahora tenemos amor, un amor que proviene de Dios. Dios derrama Su amor en todo aquel a quien engendra. El dio Su amor tanto a usted como a otros. Por eso podemos amarnos unos a otros.

Aquellos que nacieron de Dios han recibido la vida del propio Dios. Puesto que Dios es amor, aquellos que El engendra reciben este amor. La vida que recibimos de Dios está llena de amor. Todo el que es nacido de Dios tiene amor en su interior, y todo aquel que tiene este amor, espontáneamente ama a los hermanos. Lo extraño sería que no nos amásemos unos a otros. Dios deposita en el cristiano una vida de amor y, sobre la base de dicha vida, da el mandamiento: “Amaos los unos a los otros”. Dios primero deposita Su amor en nosotros, y luego nos dice que amemos. Primero nos da una vida de amor, y luego el mandamiento de amar. Debemos inclinar nuestra cabeza y decir: “Gracias damos a Dios porque Sus hijos se aman unos a otros”.

(Mensajes para creyentes nuevos: Amor a los hermanos, El #22, capítulo 1, por Watchman Nee)