Carne y el espíritu, La, por Witness Lee

ANDAR CONFORME AL ESPIRITU

Por esto Pablo llegó a la conclusión de que debemos andar conforme al espíritu (Ro. 8:4). Andar equivale a conducirnos y vivir, junto con todo lo que decimos y hacemos. Nuestro vivir, nuestro ser y todo lo que decimos y hacemos tiene que estar en conformidad con el espíritu. Tenemos que andar de acuerdo al espíritu, de acuerdo con el que vive en nosotros. Este es el andar cristiano. Ya no tenemos libertad. El andar cristiano no radica en si el asunto es correcto o incorrecto, en amar u odiar. Es un asunto de andar de acuerdo al espíritu. Solamente esta vida, este andar, puede ser anotado en los cielos. Ninguna otra cosa se asentará en la cuenta del cielo. Por esta razón el Señor dijo: “Separados de Mí nada podéis hacer”. Nada de lo que hagamos separados de Cristo se anotará en la cuenta del cielo. Nada de lo que hacemos separados de Cristo, no importa cuán excelente sea, ayuda la vida de la iglesia.

Andar conforme al espíritu beneficia la vida de la iglesia. Solamente las personas que andan conforme al espíritu podrán ser miembros útiles para la edificación de una iglesia local. Si no tenemos un andar así, tarde o temprano seremos un problema para nuestra iglesia local. Tal vez usted diga: “Yo estoy entregado a la iglesia; amo mucho la iglesia”. Pero tiene que andar en conformidad con el espíritu. Si no anda conforme al espíritu, va a retirarse de la vida de la iglesia o va a convertirse en un problema para la iglesia. Ninguna otra vida puede edificar la vida de la iglesia, excepto la vida que anda conforme al espíritu. Este andar nos salva de todo tipo de molestias, microbios, problemas, disensiones, opiniones y conceptos. Andar según el espíritu nos preserva al máximo, y nos hace útiles para la edificación de la iglesia, y no un problema. Sólo hay una vida y un andar que pueden edificar la iglesia local. Esa vida es Cristo, y ese andar es andar en conformidad con El.

No hay duda de que tenemos un enemigo en nuestra carne, pero no necesitamos luchar contra él. Tenemos al Señor en nosotros. No necesitamos esforzarnos para pelear contra el enemigo, ni necesitamos esforzarnos por servir al Señor. Debemos hacer una sola cosa. Pablo nos dice claramente que esta sola cosa, es andar conforme al espíritu. Si andamos según el espíritu, el enemigo no podrá hacer nada. El enemigo está en la carne, muy cerca de usted, pero no puede hacer nada en contra suya, porque usted anda conforme al espíritu. Este andar espontáneo es la adoración, el servicio y la obra que usted ofrece al Señor. La vida cristiana y la vida de iglesia, es una vida en la cual uno anda conforme al espíritu. Tenemos la carne y también tenemos el maravilloso espíritu humano. Nuestro espíritu humano es un espíritu regenerado, y en él moran Cristo, el Espíritu Santo y la gracia de Dios. Tenemos un maravilloso espíritu que podemos aplicar.

(Carne y el espíritu, La, capítulo 2, por Witness Lee)