Todas las cosas del hombre, del mundo, de Satanás y de la carne, vienen de afuera; y todas las cosas de Dios y del Espíritu Santo, vienen de adentro. Si nos enfrentamos con algo que se origina en nuestra mente y es muy superficial, debe provenir del exterior. Si es la guía de Dios, la cual es más profunda que lo que sentimos, proviene del interior y es una sensación que no puede ser eliminada ni pasada por alto. Cuando nuestra mente es frágil, olvidamos fácilmente los versículos que hemos memorizado; y si estamos cansados, no podemos ni leer la Biblia. Hay ocasiones en que estamos en una situación que no nos permite buscar el consejo de otros ni consultar la Biblia. Sin embargo, dentro de nosotros se encuentra una ley viviente guiándonos, cuya guía es espontáneamente compatible con la enseñanza de la Biblia. Esta es la experiencia de muchos. Si seguimos constantemente la dirección de Dios, gradualmente sentiremos con más claridad la guía de la ley interior de Dios. Dios hizo un pacto con el fin de poner esta ley dentro de nosotros y guiarnos; por eso, nosotros debemos asirnos de este convenio y decirle: “Señor, Tu ley está dentro de mí; por lo tanto, debo conocer Tu voluntad”.
(Nuevo pacto, El (Edición de 1931), capítulo 7, por Watchman Nee)