Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 221-239), por Witness Lee

XI. LOS FRACASOS EN LAS IGLESIAS

En la Biblia no sólo tenemos el relato de las cosas positivas relacionadas con la iglesia, sino también el relato referente a los fracasos en las iglesias. No hay fracasos en la iglesia universal; sin embargo, sí hay fracasos en las iglesias locales. Todos los fracasos provienen de una sola fuente, y esta fuente es Satanás, quien instiga a los santos débiles para causar toda clase de problemas locales. La iglesia universal es celestial, santa e, incluso, divina. Pero cuando la iglesia universal llega a cierta localidad a fin de expresarse en una iglesia local, la iglesia en esa localidad podría contaminarse y corromperse debido a ciertas costumbres locales, prácticas y filosofías. Por tanto, los fracasos no tienen lugar en la iglesia universal, sino en las iglesias locales que fueron contaminadas por cosas propias de sus respectivas localidades. Por esta razón, en el Nuevo Testamento no solamente tenemos una visión clara de la iglesia pura, santa, celestial y divina, sino también constan todos los fracasos que tuvieron lugar en las iglesias locales.

A. Hipocresía

El primer fracaso que tuvo lugar en las iglesias fue el de la hipocresía manifestada en el caso de Ananías y Safira (Hch. 5:1-11). La hipocresía es fingir ser alguien a fin de hacerse de un nombre para vanagloriarse. Eso está íntegramente relacionado con la ambición. La ambición, por tanto, es la semilla de los fracasos en las iglesias. Todos debiéramos condenar la ambición y no buscar hacernos de un nombre para nosotros mismos a fin de vanagloriarnos.

Ananías y su esposa, Safira, procuraban obtener cierta posición. Ellos querían ser alguien y hacerse de un nombre de modo que pudieran vanagloriarse. Ésta fue la causa de su hipocresía. Ellos no ofrendaron todas sus posesiones a la iglesia por amor al Señor, pero fingieron que así lo habían hecho. Como resultado de ello, aunque eran salvos, fueron condenados y les sobrevino la muerte física.

1. Permitir que Satanás llenara su corazón

Hechos 5:1-11 indica que eran dos las personas que residían en Ananías y Safira. Primero, sin duda alguna, el Espíritu moraba en ellos. Debido a que ellos eran salvos, el Espíritu Santo residía en ellos. Segundo, Satanás moraba en ellos, pues había llenado sus corazones para que mintieran al Espíritu (v. 3). Satanás no estaba meramente fuera de ellos, sino que estaba en sus corazones, engañándolos y seduciéndolos.

¿Cómo es que Satanás halló tan amplia cabida dentro de Ananías y Safira? Satanás pudo hallar amplia cabida en ellos a causa de su ambición. La cabida que Satanás halló en Ananías y Safira, la cual fue la base que le permitió engañarlos, era el deseo que ellos tenían de hacerse de un nombre. Ellos querían tener la reputación de haberlo vendido todo por la iglesia. Debido a su ambición, ellos concibieron un plan. Vendieron una heredad y después de guardar para sí parte del precio, ellos llevaron parte del dinero para ponerlo a los pies de los apóstoles.

Satanás no está lejos de nosotros, por lo cual debemos ser cuidadosos, no vaya a ser que seamos engañados por él. Si queremos evitar ser engañados por Satanás, tenemos que rechazar, condenar y abandonar la búsqueda de una posición a fin de ser alguien en la vida de iglesia. Siempre que en nosotros anida el pensamiento de llegar a ser alguien en la vida de iglesia, Satanás halla cabida en nosotros para engañarnos.

Ananías y Safira tenían la ambición de ser alguien en la iglesia; ellos tenían la ambición de hacerse de un nombre. A causa de su ambición, ellos fueron engañados, y mediante tal engaño fueron conducidos a la muerte. Como se indica en el relato bíblico, tanto Ananías como Safira murieron físicamente.

(Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 221-239), capítulo 1, por Witness Lee)