Renovados de día en día, por Witness Lee

SER RENOVADOS CRECIENDO CON EL CRECIMIENTO DE DIOS

El Nuevo Testamento dice que Dios nos escogió antes de la fundación del mundo y que nos seleccionó (Ef. 1:4-5). El desea hacer de Sus escogidos la nueva creación. Su manera de hacer esto es, primero, impartirse a Sí mismo en nosotros, o sea, regenerarnos. Somos renacidos, regenerados, para llegar a ser hijos de Dios. Esto es maravilloso, pero el Nuevo Testamento revela que la regeneración sola no es suficiente. Después de regenerarnos, Dios tiene que renovarnos, santificarnos, transformarnos, conformarnos a Su imagen y glorificarnos. La transformación necesita la santificación y también la renovación. La transformación es un cambio metabólico. Cuando somos transformados, se nos añade metabólicamente un nuevo elemento para reemplazar el elemento viejo. El nuevo elemento es Dios mismo. Dios es “nuevo” (como sustantivo). En El no hay vejez alguna.

Después de que hemos sido regenerados, tenemos a Dios, pero no es mucho lo que tenemos de Dios. Es por esto que Colosenses 2:19 dice que necesitamos crecer con el crecimiento de Dios, o aumentar con el aumento de Dios. Esto significa que crecemos con el aumento de Dios en nosotros. Si tenemos poco aumento de Dios, crecemos poco. Si tenemos mucho aumento de Dios, crecemos mucho. Cuando tengamos a Dios en plenitud, tendremos el crecimiento pleno. Dios tiene que ser aumentado en nosotros. Cuando Dios se aumenta en nosotros, Su nuevo elemento nos es añadido. Cuando el elemento divino entra en nosotros, nos renueva sin importar si somos lentos o rápidos en nuestra disposición natural. Al estar en contacto con Dios, El se infunde como elemento divino en nuestro ser. Este nuevo elemento es añadido al elemento existente en nosotros. Cuando este nuevo elemento se nos agrega, algo ocurre dentro de nosotros.

Dios desea añadirse El mismo a nuestro ser, pero El no aumenta en nosotros si nosotros no tenemos contacto con El. Quizá pasemos por un período de tiempo en que no tengamos contacto con Dios ni oremos a El. En lugar de eso, tal vez hagamos todo por nosotros mismos y en nosotros mismos. Durante este tiempo, Dios no es añadido a nuestro ser, y nosotros no aumentamos con el aumento de Dios. Esta es la razón por la cual alentamos a todos los santos a tener una vigilia matutina. Nuestra vigilia matutina con el Señor no tiene como fin meramente que nosotros ejercitemos nuestra mente para leer la letra de la Biblia, sino que ejercitemos nuestro espíritu. Es por esto que tenemos que decir: “Oh Señor Jesús”. Invocar nosotros al Señor es nuestra respiración espiritual. Tenemos que tener contacto con Dios orando a El e invocándole. Entonces El se añade a nosotros. Cuando tenemos contacto con El, El añade más y más el elemento divino a nuestro ser. En la medida en que este nuevo elemento es añadido a nuestro ser, este nuevo elemento nos renueva metabólicamente. Es posible que yo sea una persona rápida por naturaleza, pero debido a que el elemento de Dios entra en mi ser, este elemento renueva mi hábito natural. Posiblemente yo sea lento en mi disposición natural, pero Dios me renueva con Su elemento para despojarme de mi viejo elemento.

(Renovados de día en día, capítulo 2, por Witness Lee)