Iglesia: la réplica del Espíritu, La, por Witness Lee

TRES PARES DE ELEMENTOS RELACIONADOS CON EL TABERNACULO

El mobiliario vinculado al tabernáculo se halla dispuesto en pares. Existen tres pares de muebles en el tabernáculo. Primero, formando parte del atrio, están el altar de bronce (Ex. 27:1-8) y el lavacro (30:18-21), los cuales tipifican la sangre redentora y el Espíritu que lava y limpia, respectivamente. Ambos forman un par y constituyen nuestra experiencia inicial de Cristo. Segundo, se encuentra la mesa de la proposición en la parte norte del Lugar Santo y el candelero en la parte sur (Ex. 40:22, 24). El alimento que está sobre la mesa de la proposición representa la vida, y la luz del candelero, la luz de vida. “En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Jn. 1:4). Estos dos muebles forman un par cuyo fin es dar continuación a nuestra experiencia continua de Cristo. El tercer par de artículos, que se hallan amueblando el tabernáculo, es el altar del incienso situado en el Lugar Santo, y el arca del testimonio ubicada en el Lugar Santísimo (He. 9:4). Debe existir una unidad estrecha entre el altar del incienso y el arca. Cubriendo el arca, está el propiciatorio, el cual es el oráculo, el lugar donde Dios habla al hombre (He. 9:4-5; Ro. 3:25). En el Nuevo Testamento el propiciatorio es el trono de la gracia donde nosotros podemos tomar la gracia. Hebreos 12:28 dice: “Tengamos la gracia,” que también puede traducirse como: “Tomemos la gracia”. Para tomar la gracia necesitamos acudir al trono de la gracia. Es en el trono de la gracia donde tomamos la gracia, y este trono es el propiciatorio donde Dios nos habla y se reúne con nosotros. Vemos que el trono de la gracia es el propiciatorio, adonde acudimos a tomar la gracia, y donde Dios habla y se reúne con nosotros. Somos aceptados por Dios en el altar del incienso; y Dios nos habla desde el propiciatorio del arca. Esto es un cuadro del tráfico existente entre Dios y el hombre. Entre el arca y el altar del incienso ocurre un tráfico divino; una comunicación, una comunión. El primer par de muebles que se encuentra en el tabernáculo representa la experiencia inicial que tenemos de Cristo; el segundo par, la continuación de nuestra experiencia de Cristo; y el último par, nuestra experiencia máxima de Cristo.

(Iglesia: la réplica del Espíritu, La, capítulo 1, por Witness Lee)