LA MANERA DEL CRISTIANISMO DE HOY EN DIA
La manera ordenada de Dios duró un período de tiempo muy corto. Inmediatamente después de la partida de todos los apóstoles, esta manera empezó a menguar y por el segundo siglo, según mi conocimiento de la historia de la iglesia, fue totalmente abandonada. La iglesia en el segundo siglo tomó la forma congregacional conforme a la forma mundana. Como resultado necesitaron los oradores grandes, los ministros grandes, los predicadores grandes y los evangelistas grandes. Formaron monasterios, los seminarios antiguos, para entrenar a la gente. Hoy día la existencia del cristianismo depende de los seminarios. Sin los seminarios, ¿de dónde podrían obtener los predicadores? No habría lugar para que la gente se entrenara a predicar o a enseñar. Luego todos estos predicadores y maestros entrenados y enseñados llegaron a ser el clero. Luego por medio del clero, la jerarquía se ha edificado. Esto es el cristianismo organizado de hoy, y esta es la manera de organización del cristianismo de hoy. Todos odiamos la jerarquía y rechazamos el sistema del clero y laicado. Pero inconscientemente, aun hoy día, hasta cierto punto el clero entra furtivamente entre nosotros.
Temo que aun mientras hemos estado hablando de reunirnos en los hogares no tengamos una reunión en cada casa sino de una manera selecta. Algunos ya pudieran haber dicho: “No tenemos oradores grandes, ¿verdad?” Hoy día la manera del cristianismo de adorar a Dios es tener un local grande con un gran número de personas que se reúnen con un orador grande. Ellos no ven cómo se necesitan las reuniones en casa. Esta forma inventada por Dios fue perdida completamente por el cristianismo.
Hace tres siglos que Zinzendorf empezó a practicar la vida de la iglesia. Fue bastante buena en cierto sentido. Pero Zinzendorf no dijo nada acerca de las reuniones en casa. Luego, un siglo después de Zinzendorf, los Hermanos fueron levantados en Inglaterra. Prestaron mucha atención a la manera de reunirse. Ellos escribieron libros sobre esto. Cuando yo era joven estuve con ellos por siete años y medio. Nunca oí el término “reunión en casa”. Cada semana asistía a cinco reuniones entre ellos. Todo el tiempo iba a esa única sala de reunión. Ellos sólo se reunían en esa única sala de reunión. Nunca se reunieron en la casa de ningún otro. El Señor en estos días nos ha mostrado la deficiencia, la pérdida y el daño que hemos estado sufriendo al omitir las reuniones en casa. Los oradores grandes con congregaciones grandes sólo podrían traer la gente. No hay manera de que las congregaciones grandes edifiquen a los santos.
(Reuniones en casa, Las: Manera única para tener el aumento y la edificación de la iglesia, La, capítulo 1, por Witness Lee)