Después que Dios nos conoció de antemano, nos escogió y nos predestinó en la eternidad, fuimos creados por Dios en el tiempo. Hechos 17:26a dice: “De uno solo ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra”.
Zacarías 12:1 dice que Dios extendió los cielos, puso los cimientos de la tierra y formó el espíritu del hombre dentro de él. Esto indica que en el universo hay tres asuntos importantes: los cielos, la tierra y el espíritu del hombre. Los cielos fueron hechos para la tierra, la tierra fue hecha para el hombre y el hombre tiene un espíritu, el cual es para Dios mismo. Por tanto, el hombre es el centro del universo, y el centro del hombre es su espíritu. En cuanto a Dios concierne, si no hubiera espíritu dentro del hombre, éste sería un cascarón vacío. Si no hubiera hombre en la tierra, la tierra estaría vacía y los cielos no tendrían sentido. En la creación de Dios, los cielos están al servicio de la tierra, la tierra está al servicio del hombre y el hombre tiene un espíritu para recibir a Dios.
(Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 114-134), capítulo 3, por Witness Lee)