I. LA BASE UNICA DE LAS IGLESIAS LOCALES DE DIOS
Primero, queremos ver la base única de las iglesias locales de Dios (1 Co. 1:1-2, 9, 10-13; 3:3-4).
A. La iglesia de Dios
En 1 Corintios 1:2a se habla de la iglesia de Dios. La iglesia tiene que ser de Dios. No debe ser de nada más. Esto se refiere al contenido de la iglesia en su esencia. Toda entidad substancial tiene una fuente. También tiene su elemento. Intrínsecamente en el elemento está la esencia. El contenido de la iglesia en su esencia es Dios mismo.
B. La iglesia en Corinto
En 1 Corintios 1:2b se habla de la iglesia en Corinto. Esto muestra la localidad de Corinto, lo cual denota la existencia, la expresión y la práctica de la iglesia; la localidad llega a ser la base local de las iglesias locales sobre la cual son edificadas respectivamente (Hch. 8:1; 13:1; Ap. 1:11). La iglesia ciertamente necesita un lugar donde existir, una expresión y una práctica, y ese lugar, según el Nuevo Testamento, es la localidad. La iglesia en Corinto fue edificada en Corinto. La iglesia en Atenas está edificada sobre la base de la ciudad de Atenas. La iglesia en Nueva York está edificada sobre la base de la ciudad de Nueva York. Por consiguiente, la localidad espontáneamente llega a ser la base de la iglesia.
El hermano Watchman Nee hizo notar que Dios fue muy sabio en la manera en que edificó la iglesia en la base local. Dios escogió a muchas personas. En todas partes del globo terrestre se encuentran creyentes de Cristo, y ellos no deben estar esparcidos sino reunidos para ser una iglesia. Si no existiera el límite apropiado de la base, no habría límite en cuanto a establecer iglesias. Hoy en el sur de California existe una iglesia llamada Iglesia Evangélica de Taiwán. Estos creyentes usan Taiwán como su base. Yo crecí en China en la ciudad de Chefoo, y en Chefoo existía la Iglesia de Inglaterra. Las personas establecen iglesias muy fácilmente. Hoy día es más fácil establecer una iglesia que abrir un restaurante. Todas las denominaciones tienen bases de división, incluyendo a los bautistas del sur, los presbiterianos y los luteranos.
Si nosotros los creyentes mantenemos el patrón establecido por Dios en la Biblia, el de tener una sola iglesia en una sola ciudad, podemos mantener la unidad. Cualquier creyente que venga a una ciudad debe estar en la iglesia que está en dicha ciudad. Si voy a Tokio, debo unirme a la iglesia en Tokio. Si voy a Londres, debo reunirme con la iglesia en Londres. Si voy a Dallas, tengo que reunirme con la iglesia en Dallas. Así espontáneamente no habrá división. La Biblia estableció un patrón según el cual los creyentes deben reunirse. La primera reunión de los cristianos estaba en Jerusalén, y Hechos 8:1 llama esa congregación la iglesia en Jerusalén. Jerusalén era una ciudad grande, pero había una sola iglesia en esa ciudad. Aunque exista sólo una iglesia en una ciudad, la iglesia no necesariamente tiene que reunirse en un solo lugar. Pero sí debemos tener presente que la ciudad en la cual estemos debe ser la única base local de la iglesia.
C. Los santos llamados
Los santificados en Cristo Jesús, los santos llamados, constituyen la estructura de la iglesia (1 Co. 1:2c). El Dios Triuno es el contenido de la iglesia, el Espíritu es la esencia; el Señor es el elemento, y el Padre es la fuente. Los creyentes auténticos, los santos verdaderos, los santificados en Cristo Jesús, son la estructura de la iglesia. La iglesia tiene que ser de Dios, tiene que estar en la base local y debe estar constituida de los santos.
D. Con todos los que invocan el nombre del Señor
El libro de 1 Corintios fue escrito a los santos en Corinto junto con los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo: los que reciban esta epístola en cualquier lugar además de los santos en Corinto (1:2d). Incluso hoy nosotros somos recipientes de este libro. Esta epístola fue escrita a la iglesia en Corinto, el conjunto de los santos de esa ciudad, pero ha sido leída y será leída por las personas en miles de lugares a través de las generaciones.
E. Cristo es “de ellos y nuestro”
El hecho de que Cristo sea “de ellos y nuestro” significa que Cristo es la porción de los santos locales de Corinto y de todos los santos de cualquier lugar, los cuales participan en la comunión (el disfrute) de Cristo, a la cual todos los creyentes fueron llamados por el Dios fiel (1:2e, 9). El mismo Cristo es la porción no sólo de una iglesia local sino también de todas las iglesias de la tierra. El es la porción común que Dios nos repartió. Cada iglesia local tiene una porción de Cristo. También fuimos llamados por el Dios fiel a la comunión de Cristo. Puesto que somos santos llamados, Cristo es nuestra porción, y nosotros fuimos llamados al disfrute, a la comunión, de Cristo como centro.
(
Esfera divina y mistica, La, capítulo 6, por Witness Lee)