Este Dios Triuno es maravilloso y está lleno de propósito. Tiene Su propósito y Su deseo. Conforme a Su deseo, hizo un plan, una economía eterna. En el Nuevo Testamento, especialmente en las epístolas de Pablo, se pone mucho énfasis en esta economía. En 1 Timoteo 1:3-4 Pablo le pidió a Timoteo que mandase a algunos que no enseñaran cosas diferentes, sino sólo la economía de Dios. Existe la economía de Dios en el universo. Dios tiene que hablar para llevar a cabo Su economía.
El Dios Triuno es el Dios que habla (He. 1:1-2). ¿Qué tal si Dios no hablara en el universo? Si Dios no hubiera hablado, nosotros no existiríamos. La Biblia dice que todo ser creado procedió de la palabra de Dios. En Hebreos 1:1-2 Pablo dijo que nuestro Dios es el Dios que habla. El ha estado hablando por medio de los profetas en diferentes maneras, y ahora sigue hablando por medio de Su Hijo. Su Hijo, Jesucristo, es el Verbo de Dios. Cuando alguien ministra la palabra de Dios en el Espíritu, parece que él está hablando, pero en realidad Cristo, el Hijo de Dios, es quien habla. El ministro de la palabra no es nada, pero de su boca procede algo de Aquel que lo es todo. Dios sigue hablando hoy.
En 2 Timoteo 3:16 dice que toda la Escritura es el aliento de Dios. Dios respira, exhala. Su palabra hablada fue registrada como palabra escrita, la cual es la Escritura santa. La palabra de Dios no sólo fue hablada sino también escrita. Le doy gracias a Dios porque durante casi veinte siglos esta palabra hablada y escrita también ha sido interpretada, enseñada, al pueblo de Dios.
(Revelación del Dios Triuno y Su mover, La, capítulo 1, por Witness Lee)