UN SOLO LIDERAZGO
En el Nuevo Testamento hay un solo ministerio y un solo liderazgo dentro de dicho ministerio. Aunque existe la verdad en cuanto al liderazgo en el ministerio neotestamentario, el Señor no nombró oficialmente a nadie como dirigente. La primera parte de Hechos nos muestra que Pedro desempeñaba el papel de dirigente entre los apóstoles (cfr. Hch. 1:15; 2:14). Sin embargo, el Señor Jesús no nombró a Pedro como dirigente oficial. El liderazgo era algo que la vida producía espontáneamente, según la necesidad específica. El liderazgo toma forma por el crecimiento en vida y es producto de la necesidad. Si no hay necesidad, el liderazgo no se manifiesta. Las circunstancias forman y constituyen el liderazgo.
Hay un solo liderazgo ya que hay uno solo ministerio (Hch. 1:17, 25), y por ende, nunca deber haber más de un liderazgo. Hay un solo liderazgo ya que Dios, el Señor y el Espíritu son uno solo (Ef. 4:4-6). Puesto que hay un solo Dios, un solo Señor y un solo Espíritu, ¿cómo podría haber más de un liderazgo? El liderazgo tiene como fin guardar la unidad del Espíritu por el bien del Cuerpo de Cristo (Ef. 4:3). El cristianismo de hoy está dividido porque hay demasiados dirigentes. Cada dirigente tiene un grupo que es la esfera de su liderazgo, y dicha esfera llega a ser una división. Por eso, si no se aplica ni se examina correctamente el liderazgo, se producirá división.
(Liderazgo en el Nuevo Testamento, El, capítulo 2, por Witness Lee)