Primero, debemos conocer al Dios Triuno procesado y consumado (Mt. 28:19).
El Dios Triuno se encarnó, fue hecho carne (Jn. 1:14). Por medio de la encarnación El llegó a ser el primer Dios-hombre, el Señor Jesús, y como tal expresó a Dios en Su humanidad.
Dios se encarnó como Dios-hombre, y este Dios-hombre fue ungido como el Cristo, el Ungido de Dios, para cumplir el plan de Dios en Su economía eterna (Lc. 4:18). En realidad, Dios mismo vino a efectuar lo que había planeado en la eternidad conforme a Su economía eterna.
El Dios Triuno fue consumado como Espíritu vivificante para aplicar lo que Cristo logró (1 Co. 15:45). Dios el Padre planeó; Dios el Hijo cumplió lo que Dios el Padre planeó, y Dios el Espíritu aplica lo que Dios el Hijo logró conforme al plan de Dios.
(Encarnación, inclusión e intensificación, capítulo 3, por Witness Lee)