Encarnación, inclusión e intensificación, por Witness Lee

III. PARTICIPAR DE LA MENTE DE DIOS

Puesto que llegamos a ser Dios-hombres por medio de la regeneración, también tenemos el derecho de participar de la mente de Dios. Esto significa que nosotros los que somos humanos podemos tener una mente divina. Filipenses 2:5 dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”. Necesitamos dejar que la mente de Cristo sea la nuestra. De este modo podemos tener la mente de Cristo.

Efesios 4:23 dice: “Y os renovéis en el espíritu de vuestra mente”. Aquí el espíritu es el espíritu regenerado de los creyentes, el cual está mezclado con el Espíritu de Dios que mora en ellos. Este espíritu mezclado se extiende a nuestra mente, llegando a ser así el espíritu de nuestra mente. Cuanto más el espíritu mezclado penetre nuestra mente, la sature y la posea, más nuestra mente se parecerá a la de Dios. Esto es lo que significa hacer que la mente de El llegue a ser la nuestra, y esto es participar de la mente de Dios.

(Encarnación, inclusión e intensificación, capítulo 4, por Witness Lee)