Vida necesaria para la predicación del evangelio elevado, La, por Witness Lee

CRISTO ES NUESTRO ELEMENTO COMUN, VIDA Y PERSONA POR LO CUAL PODEMOS AMARNOS LOS UNOS A LOS OTROS

Debemos saber que si queremos tener cierto vivir, necesitamos cierta clase de vida. Dios creó al hombre con una vida que desea estar en una comunidad, pero esa vida fue dañada y envenenada. Consideren ustedes la situación de la sociedad actual. Por un lado, a los seres humanos les gusta vivir juntos. Pero por otro, han llegado a ser muy egoístas. Uno quiere vivir en una comunidad, pero siempre tiene problemas con sus vecinos. Uno quiere tener compañeros de escuela, de clases, de cuarto, y de trabajo, pero con el tiempo uno pelea con ellos. Incluso con nuestros propios hermanos y hermanas peleamos. Así que, por la naturaleza con la cual Dios nos creó, tenemos el deseo de vivir con otros, pero ya que nuestra vida humana fue dañada y arruinada por Satanás, en nuestra naturaleza caída no tenemos la vida adecuada para el vivir comunal.

Pero ahora tenemos a Cristo. El es maravilloso. El es el factor común, el elemento común, por lo cual podemos ser uno en la vida comunal con amor los unos para con los otros (Ro. 12:10). Quizá no sepa los nombres de todos los hermanos, pero de todas maneras los amo mucho sencillamente porque son hermanos en el Señor. Existe un elemento común entre todos los hermanos, y ese elemento es Cristo. Cristo es el elemento que causa que nos amemos los unos a los otros. También, Cristo en nosotros es la vida con la cual podemos amarnos los unos a los otros.

¿Creen ustedes que hoy en día los seres humanos puedan amarse de verdad? Es imposible. Si juntamos a muchas personas por un corto período de tiempo, allí habrá pelea y discusión. Pero cuando nosotros los cristianos nos reunimos y nos damos cuenta de que Cristo vive en nosotros, inmediatamente tenemos amor los unos por los otros. Para los cristianos amar es fácil, pero odiar es difícil. Generalmente hablando, los jóvenes siempre se disgustan con las personas mayores. Pero le es muy difícil a un joven cristiano odiar a un hermano mayor en Cristo. Como hermano mayor, amo mucho a los hermanos y hermanas jóvenes. Esto se debe a que todos tenemos a Cristo. Hay algo en común entre nosotros. Cada vez que conozco a alguien y me doy cuenta que es un hermano, algo dentro de mí salta porque tenemos un elemento común, un factor común. Somos capaces y calificados para tener la vida comunal.

No obstante, Satanás no sólo dañó al viejo hombre en la vieja creación que Dios cumplió; también trató de dañar al nuevo hombre en Cristo y sigue tratando de hacerlo. Aun hasta cierto punto, ha tenido éxito. Muchos cristianos han sido dañados y divididos por ordenanzas. Por eso, el Señor nos trajo a Su recobro, donde estamos abiertos a El y los unos a los otros. Estoy convencido de que el Señor recobrará la vida de iglesia adecuada a fin de satisfacer la necesidad de muchas personas. Debemos decirles a los incrédulos que para tener la vida comunal adecuada es necesario recibir a Cristo y entrar en la iglesia.

En cierto sentido, nosotros los hermanos y hermanas aquí en Los Angeles, somos comunales, pero en otro sentido, todavía estamos escasos de la vida comunal. Por consiguiente, el Señor tiene que obrar más profundamente en nosotros a fin de que tengamos más amor los unos por los otros. En Juan 13:34-35 el Señor les dijo a los discípulos: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como Yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois Mis discípulos, si tenéis amor los unos con los otros”. ¿Cuál es la señal que muestra que somos cristianos, que somos discípulos de Cristo? La señal es el amor fraternal, el amor entre los hermanos. Tenemos que amarnos los unos a los otros.

Además, en Juan 15:16-17 el Señor Jesús dijo: “No me elegisteis vosotros a Mí, sino que Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto ... Estas cosas os mando para que os améis unos a otros”. El Señor nos escogió y nos mandó a llevar fruto al amarnos. Si nos amamos los unos a los otros, muchas personas vendrán. Si los jóvenes entre nosotros se aman en Cristo y con Cristo, muchos jóvenes vendrán. La mejor manera de alcanzar a los demás con el evangelio es amándonos los unos a los otros. La mejor manera de llevar fruto es amarse los unos a los otros. La mejor manera de ganar a las personas es amarnos los unos a los otros.

Pero, ¿cómo podemos amarnos los unos a los otros? Sólo podemos amarnos los unos a los otros tomando a Cristo como nuestra persona y nuestra vida. Decir esto es sencillo, pero practicarlo no es tan sencillo. Si cuatro hermanos se juntan para vivir en la misma casa, necesitan tomar a Cristo como su persona. Si uno de ellos no toma a Cristo como su persona, él será el problema más grande para los otros hermanos. Si usted toma a Cristo como su persona, será adorable. Entonces no habrá problemas. No exija de otros. Exija de sí mismo y tome a Cristo como su persona y su vida.

Hermanos y hermanas, de ahora en adelante el Señor hará algo nuevo para liberarse del encarcelamiento del cristianismo caído y para liberar Su iglesia de toda clase de ordenanzas. Además, también hará algo nuevo que cause que nos amemos los unos a los otros a tal punto que seamos uno en nuestro vivir. Entonces la gente dirá: “Estos son los discípulos de Cristo. Esto es lo que he estado buscando”. Esto es lo que Dios quiere y también lo que los seres humanos queremos. Esta es la vida de iglesia, la verdadera vida comunal.

(Vida necesaria para la predicación del evangelio elevado, La, capítulo 6, por Witness Lee)