CRISTO JUZGA ANTES DEL MILENIO
A LOS QUE QUEDEN VIVOS
La mayor parte de las naciones seguirá al anticristo en su rebelión, y la mayoría de ellas será exterminada en la batalla de Armagedón. Dice en Apocalipsis 14:20 que la sangre de esta batalla llega “hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios”. Mil seiscientos estadios equivale a unos 300 kilómetros, que es la distancia entre Bosra (Is. 63:1) y Armagedón (Ap. 16:16). Un día Cristo, la corporificación de Dios, peleará cara a cara con el anticristo, la corporificación de Satanás. Casi todo el mundo seguirá al anticristo en la lucha contra Cristo.
Mientras el anticristo induce al mundo a que lo siga y a que se ponga en contra de los judíos y del remanente de los cristianos, un ángel predicará el evangelio eterno y proclamará: “Temed a Dios ... y adorad[le]” (Ap. 14:7). Algunos de entre las naciones responderán a este evangelio y cuidarán a los judíos y a los creyentes que se hallen bajo la persecución del anticristo. Cristo reunirá en torno a Su trono de gloria en Jerusalén a aquellos de entre las naciones que queden después de la batalla de Armagedón, y allí los juzgará separando a las ovejas, los buenos, de los cabritos, los malos. Las ovejas serán quienes hayan respondido al evangelio eterno. El Señor Jesús echará a los cabritos, los que hayan seguido al anticristo, en el lago de fuego junto con el anticristo, mientras que las ovejas entrarán en el reino, no como hijos de Dios sino como los súbditos que vivirán en la esfera de la vida eterna (Mt. 25:31-46).
(Diez 'unos' extremadamente cruciales para la edificación del Cuerpo de Cristo, Los, capítulo 3, por Witness Lee)