Diez 'unos' extremadamente cruciales para la edificación del Cuerpo de Cristo, Los, por Witness Lee

UNA SOLA SALVACION: UN SOLO CAMINO DE SALVACION

Esta vida, la vida de Cristo, la vida eterna, tiene como fin traernos la salvación, y ésta es la única manera en que se puede ser salvo. Esta salvación es la única manera en que uno puede ser salvo.

Se basa en el amor de Dios y en Su gracia

Nuestra salvación está basada en el amor de Dios, que es la fuente de Su gracia, y en Su gracia, que es la expresión de Su amor (Ef. 2:4-5). El Padre es la fuente. Nosotros somos salvos por Su gracia a causa de Su gran amor. Nuestra salvación se basa en el primero de la Trinidad, el Padre, en Su amor y Su gracia.

Por medio de la muerte de Cristo

La salvación se lleva a cabo por medio de la muerte de Cristo con miras a la obra redentora de Dios (Ro. 3:24b), al perdón de los pecados (Hch. 10:43), a la reconciliación de los creyentes (Ro. 5:10) y a su justificación (Ro. 3:24a).

Por medio de la vida de Cristo

Esta salvación también se logra mediante la vida de Cristo por el Espíritu de vida (Ro. 5:10; 8:2). Nuestra salvación procede del Padre como base, llega por medio del Hijo y se lleva a cabo por el Espíritu.

Dicha salvación realizada por el Espíritu empieza por la regeneración de los creyentes con el elemento divino de la vida de Cristo (Jn. 3:5; 1 P. 1:3). La salvación luego santifica a los creyentes regenerados con el elemento divino de la naturaleza santa de Dios (Ro. 6:19, 22). La regeneración se lleva a cabo por la vida de Dios, y la santificación se produce con la naturaleza santa de Dios.

El Espíritu de vida también renueva a los creyentes santificados con la novedad de vida (Tit. 3:5; Ro. 6:4) y transforma a los creyentes renovados con el glorioso elemento de la vida de Cristo por el Señor Espíritu (Ro. 12:2; 2 Co. 3:18). Finalmente, esta vida opera para conformar a los creyentes que son transformados, con el elemento divino de la vida del Hijo primogénito de Dios (Ro. 8:29).

Hasta la glorificación

La salvación conduce a la glorificación de los creyentes que han sido conformados, lo cual se lleva a cabo con la gloria de Dios (Ro. 8:30).

(Diez 'unos' extremadamente cruciales para la edificación del Cuerpo de Cristo, Los, capítulo 5, por Witness Lee)