CRISTO LLEGA A SER EL SACRIFICIO PROPICIATORIO
Todos aquellos que estén involucrados en la propagación de la obra del evangelio deben saber que después de traer a una persona a la salvación, deben ayudarla a conocer la redención que Cristo logró mediante Su muerte. El primer paso de la redención consiste en redimirnos nuevamente. El segundo paso es la justificación basada en esta redención. Luego somos reconciliados con Dios. La reconciliación significa “apaciguar”. La Versión Recobro del Nuevo Testamento usa la palabra propiciación (1 Jn. 4:10). Anteriormente, nosotros pecamos y creamos un problema con Dios. Nosotros habíamos violado Su ley. Al mismo tiempo, por medio de nuestros pecados, Satanás aprovechó la oportunidad para inyectarnos su veneno, esto es, la naturaleza pecaminosa. Como consecuencia de ello, no podíamos vivir en paz con Dios.
Dios está dispuesto a bendecirnos. Pero por nuestra parte, habíamos creado un problema con Él. Por eso necesitamos la propiciación. Cristo vino a fin de ser nuestra propiciación. Él no vino para apaciguar la ira de Dios, pues el amor de Dios es más grande que Su ira. Él aún nos ama. Por esta razón, Él envió a Su Hijo para que fuera nuestra propiciación (1 Jn. 4:10). La propiciación no consiste en apaciguar la ira de Dios ni apaciguar nuestros problemas. Ello consiste en apaciguar los pecados que hemos cometido delante de Dios. Cristo vino a resolver el problema con respecto al pecado por nosotros. La solución al problema del pecado es Su apaciguamiento.
(
Salvación en vida presentada en Romanos, La, capítulo 7, por Witness Lee)