CUERDAS DE HOMBRE, LAZOS DE AMOR
Oseas 11:4a dice: “Con cuerdas de hombre los atraje, / con lazos de amor”. El amor de Dios es divino, pero Su amor llega hasta nosotros mediante cuerdas de hombre.
Es importante que nos demos cuenta que este versículo no habla de una sola cuerda, sino de cuerdas. Estas cuerdas incluyen la encarnación de Cristo, Su vivir humano, Su crucifixión y Su resurrección. Esto quiere decir que las cuerdas mencionadas en este versículo tienen diferentes segmentos y que cada segmento involucra la humanidad de Cristo. Primero, Dios se encarnó; Él vino para ser el hombre llamado Jesús. Por tanto, la encarnación es el primer segmento de las cuerdas de hombre. El Señor Jesús vivió entre nosotros sobre la tierra por treinta y tres años y medio, y Su vivir humano es el segundo segmento de estas cuerdas. Finalmente, Él fue crucificado, murió en la cruz por nosotros y, después, fue resucitado. Su crucifixión y Su resurrección también son segmentos de las cuerdas de hombre. Es con tales cuerdas que Dios nos atrajo.
Hemos señalado que cada segmento, cada parte, de las cuerdas de hombre involucran la humanidad de Cristo. Después de Su resurrección, Cristo ascendió a los cielos en Su humanidad. Ésta es la razón por la cual Esteban pudo ver al Cristo ascendido como Hijo del Hombre y dio testimonio diciendo: “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios” (Hch. 7:56). Cuando Cristo regrese, Él vendrá en Su humanidad. Lo dicho por el Señor al sumo sacerdote en Mateo 26:64 revela esto: “Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo en las nubes del cielo”. Las cuerdas de hombre, por tanto, involucran la humanidad de Cristo en Su encarnación, Su vivir humano, Su crucifixión, Su resurrección y Su ascensión.
En Oseas 11:4a “cuerdas de hombre” y “lazos de amor” se encuentran en aposición. Por tanto, las palabras cuerdas y lazos se refieren a lo mismo. Los lazos de amor son las cuerdas de hombre. El amor de Dios, el amor divino, viene a nosotros a través de la humanidad de Cristo. Por esta razón, los lazos de amor son las cuerdas de hombre. Aquí Cristo es revelado no directamente, sino de manera implícita. ¡Oh cuán ricos, profundos, maravillosos y misteriosos son los asuntos implícitos con respecto a Cristo que tenemos aquí!
El amor imperecedero de Dios, Su amor inalterable que nos subyuga, es un amor por completo en Cristo, con Cristo, por Cristo y para Cristo. Aparte de Cristo, el amor imperecedero de Dios no podría ser prevaleciente. El amor inalterable de Dios es prevaleciente debido a que es un amor en Cristo, con Cristo, por Cristo y para Cristo. Si Cristo no se hubiera encarnado, si Él no hubiera vivido en la tierra, si Cristo no hubiera muerto una muerte vicaria por nosotros, si Cristo no hubiera entrado en resurrección para después ascender a los cielos, entonces habría sido imposible que Dios nos atrajera con cuerdas de hombre, con lazos de amor.
Debe impresionarnos profundamente el hecho de que la encarnación de Cristo, Su vivir humano, Su crucifixión, Su resurrección y Su ascensión son todos para nosotros, pues es por medio de todos estos pasos dados por Cristo en Su humanidad que el amor de Dios manifestado en Su salvación llega hasta nosotros. Estos pasos son las cuerdas de hombre, los lazos de amor, con los cuales Dios nos atrajo a Sí.
(Estudio-vida de Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo y Malaquías, capítulo 9, por Witness Lee)