I. LOS PECADOS DEL PUEBLO APÓSTATA
Y LOS CASTIGOS DE JEHOVÁ
Los pecados del pueblo apóstata y los castigos de Jehová son vistos en 4:1—5:14 y 6:4-10.
A. Los pecados de Israel
y los castigos de Jehová:
con respecto al pueblo en general
1. No hay fidelidad, ni bondad
ni conocimiento de Dios
Oseas 4:1 nos dice que Jehová tenía un pleito contra los habitantes de la tierra, pues no había fidelidad o verdad, no había bondad ni había conocimiento de Dios en la tierra.
2. Perjurio, engaño, asesinato, robo y adulterio
En lugar de la verdad, la bondad y el conocimiento de Dios, lo que había era perjurio, engaño (incumplimiento de promesas hechas), asesinato, robo y adulterio (v. 2a).
3. La gente es violenta
La gente era violenta, y había derramamiento de sangre tras derramamiento de sangre (v. 2b).
4. La tierra está de duelo,
y languidecen sus habitantes
Debido a ello la tierra estaba de duelo, y languidecía todo habitante en ella junto con las bestias del campo y las aves del cielo. Ciertamente aun los peces del mar serían quitados (v. 3).
B. Los pecados del pueblo
y los castigos de Jehová:
con respecto a los sacerdotes
1. El pueblo contiende con el sacerdote
El pueblo contendía con el sacerdote (v. 4). Esto era por completo contrario a la ley de Dios, la cual no permitía que el pueblo contendiera con los sacerdotes.
2. El sacerdote tropieza de día,
y el profeta junto con el sacerdote
tropiezan de noche
El versículo 5 dice que el sacerdote tropezaría de día y que el profeta junto con el sacerdote tropezarían de noche. Además, la madre del sacerdote sería destruida por Dios. Esto nos dice que todos ellos cometían pecados. El profeta cooperaba con el sacerdote para cometer pecado, y la madre del sacerdote se unía a ellos. Esto hizo que viniera el juicio de Dios sobre dicha madre.
3. El pueblo de Dios —los sacerdotes— es destruido
por faltarles el conocimiento de Dios
El versículo 6a nos dice que el pueblo de Dios —los sacerdotes— sería destruido por falta de aquel conocimiento de Dios mencionado en el versículo 1. El pueblo de Israel no conocía las ordenanzas de Dios, y los sacerdotes también carecían de aquel conocimiento.
4. Dios rechaza al sacerdote
Dios rechazará al sacerdote debido a que éste rechazó “dicho conocimiento” de Dios (v. 6b). Por tanto, él ya no será un sacerdote para Dios.
5. Dios se olvida de los hijos del sacerdote
Dios se olvidará de los hijos del sacerdote ya que el sacerdote olvidó la ley de su Dios (v. 6c).
6. Dios cambia en vergüenza la gloria
que los sacerdotes tienen al multiplicarse
Cuanto más se multiplicaban los sacerdotes, más pecaban contra Dios. Por tanto, Jehová les dijo que Él cambiaría su gloria —la gloria que tenían al multiplicarse— en vergüenza (v. 7). Esto indica que como sacerdotes de Dios, Sus servidores, tenemos que ser cuidadosos debido a que nuestro servicio involucra a nuestros hijos.
7. Los sacerdotes se alimentan
de la ofrenda por el pecado
presentada por el pueblo de Dios
Refiriéndose a los sacerdotes, los versículos 8 y 9 dicen: “Del pecado de Mi pueblo se alimentan, / y su alma desea su iniquidad. / Lo mismo será con el pueblo que con el sacerdote; / así que visitaré contra ellos sus caminos / y los recompensaré según sus obras”. Una porción de la ofrenda por el pecado estaba destinada a servir de alimento para los sacerdotes. Los sacerdotes deseaban que el pueblo pecase, pues cuanto más lo hiciese, más ofrendas por el pecado habría, lo cual proporcionaría más alimento a los sacerdotes.
Tal como sucedía con el pueblo, así sucedía con los sacerdotes. Esto quiere decir que los sacerdotes, quienes habían sido santificados, separados, para conformar un grupo especial entre el pueblo, se hicieron iguales al resto de la gente, con lo cual llegaron a ser viles y comunes. Por tanto, con respecto a los sacerdotes, Dios dijo que Él visitaría (castigaría) contra ellos sus caminos y los recompensaría según sus obras.
(
Estudio-vida de Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo y Malaquías, capítulo 4, por Witness Lee)