Mateo 24 nos habla acerca del esclavo malo que “dice en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comienza a golpear a sus consiervos” (vs. 48-49a). Cuando maltratamos a otros creyentes al criticarlos, al oponernos a ellos o al menospreciarlos, a los ojos del Señor eso equivale a golpearlos. Aquí, debemos dar una palabra de advertencia. Éste es un peligro en el que fácilmente caemos sin tener conciencia de ello en absoluto. Podemos caer en el hábito de criticar a los hermanos y hermanas. A veces tal vez hablemos en contra de algunos santos o los menospreciemos. Quizás hasta disputemos con ellos. Esto equivale a golpear a los siervos del Señor, quienes son nuestros consiervos.
Mateo 24:49b afirma que este esclavo malo “come y bebe con los que se emborrachan”. Las palabras del Señor en Mateo 24 constituyen una parábola. Puesto que se trata de una parábola, requiere de interpretación. Comer y beber con los que se emborrachan equivale a asociarse con la gente mundana, personas que se embriagan de cosas mundanas. Estas personas están embriagadas de los placeres mundanos. Éste es el peligro que corremos al no usar nuestro don. Una vez que nos acostumbramos a asociarnos con personas mundanas, dejaremos de serle fiel al Señor en el uso del don que recibimos de Él, y así nos encontraremos en peligro.
En Mateo 25:25 el esclavo perezoso le dijo a su señor: “Tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; mira, aquí tienes lo que es tuyo”. Tener miedo es algo negativo. Nosotros, más bien, debemos ser positivos y tener denuedo al usar el don del Señor. Ir y esconder el talento del Señor en la tierra denota mucha pasividad. Debemos ser activos en la obra del Señor. Si escondemos nuestro don, no será necesario hacer nada. Ser pasivos, y no activos, en nuestro servicio al Señor significa que estamos escondiendo nuestro don y no lo estamos utilizando.
No es suficiente sólo guardar el don del Señor y no perderlo; debemos utilizarlo y sacar provecho de ello. En esta lección no necesitamos profundizar en la interpretación completa de esta parábola, ya que podemos pedir a los santos que lean algunos de los mensajes del Estudio-vida de Mateo. Pero sí debemos recalcarles a los santos que esconder nuestro don en la tierra significa no usarlo. Aquí la tierra se refiere a las cosas mundanas. Si no usamos nuestro don, lo estamos escondiendo.
Tenemos que hacer énfasis en estos tres peligros: maltratar a otros creyentes, asociarnos con gente mundana y no utilizar nuestro don para llevar a cabo el servicio al Señor. Debemos señalar que muchos creyentes están escondiendo su don, es decir, no lo están usando, pues no realizan servicio alguno.
(Lecciones básicas acerca del servicio, capítulo 13, por Witness Lee)