Cómo estudiar la Biblia, por Watchman Nee

IX. LOS NUMEROS

Muchos números usados en la Biblia tienen su significado. He aquí algunos ejemplos:

El uno significa la unicidad de Dios.

El dos significa comunión.

El tres también representa a Dios porque El es triuno. El uno se refiere a la unidad de Dios, y el tres a Su consumación.

El cuatro es el número que va inmediatamente después del tres; es tres más uno. Por consiguiente, el cuatro es el número de la creación. Todo lo que se relaciona con la criatura, tiene el número cuatro. Por ejemplo: se mencionan los cuatro extremos de la tierra, cuatro estaciones, cuatro vientos, y del huerto de Edén salían cuatro ríos. La imagen del sueño de Nabucodonosor tenía cuatro secciones. Salen cuatro bestias del mar. Las criaturas vivientes que representan a toda la creación son cuatro. La vida del Señor Jesús es narrada en cuatro evangelios. Todo lo que Dios produjo, tiene el número cuatro.

El cinco es el número de la separación del hombre. La mano izquierda tiene cinco dedos, igual que la derecha. De las diez vírgenes, cinco eran insensatas y cinco sabias. El cinco también representa la responsabilidad humana ante Dios. La aplicación de la sangre al oído derecho, al pulgar de la mano derecha y al dedo gordo del pie derecho denota la separación del hombre para llevar la responsabilidad delante de Dios, pues el oído es uno de los cinco sentidos, el pulgar es uno de los cinco dedos de la mano, y el dedo gordo del pie es uno de cinco.

El seis es el número del hombre, puesto que el hombre fue creado en el sexto día. El siete es el número de la perfección. El seis es uno menos que siete. Esto significa que el hombre nunca puede llegar a la perfección de lo que Dios hace.

El siete es el número de la perfección, aunque se refiere a la perfección temporal presente, no a la perfección eterna. También es el número de Dios. El cuatro es el número de la criatura. La suma del creador con la criatura produce la perfección. Dios más el hombre equivale a la perfección. Pero esto sólo se obtiene sumando tres más cuatro, y es una perfección transitoria. En la Biblia la perfección que es pasajera se representa por el siete. Por ejemplo, la semana tiene siete días; en Mateo 13 se relatan siete parábolas; en Apocalipsis hay siete iglesias, siete candeleros, siete mensajeros, siete sellos, siete trompetas y siete copas. Todo ello se refiere a la perfección perecedera, no a la perfección eterna.

El ocho es el número de la resurrección. El siete denota un ciclo, y el ocho es el número siguiente. El Señor resucitó al octavo día. Por lo tanto, el ocho es el número de resurrección.

El nueve es tres por tres; un múltiplo del número de Dios. El testimonio no solamente es la Palabra de Dios sino el propio Dios que nos habla.

El diez representa la perfección humana. El número de lo humano llega hasta diez. Por ejemplo: tenemos diez dedos en la mano y diez en los pies.

El once no tiene mucho significado en la Biblia.

El doce también indica perfección, pero ésta es la perfección eterna. Tenemos dos números que significan perfección: siete y doce. El siete es la perfección divina y se aplica a nosotros hoy día. El doce también es la perfección divina, pero se aplica a la eternidad. Lo interesante es que en el cielo nuevo y en la tierra nueva, el número siete no estará presente. La Nueva Jerusalén tiene doce puertas, doce fundamentos, el nombre de los doce apóstoles, doce clases de piedras preciosas y doce perlas. El muro de la ciudad mide ciento cuarenta y cuatro codos, que es el producto de multiplicar doce por doce. Todo ello permanecerá para siempre. ¿Por qué el siete representa una perfección temporal y el doce una perfección eterna? Tres más cuatro es simplemente Dios más el hombre, el Creador más la criatura. Pero tres por cuatro es el Creador multiplicado por las criaturas. Esto significa que los dos se mezclan. Hay una diferencia entre la adición y la multiplicación. En la multiplicación, Dios y el hombre ya no están separados. Hay unión entre el Dios creador y las criaturas, y esta unión es eterna. Así que, la perfección representada por el doce es una perfección eterna.

(Cómo estudiar la Biblia, capítulo 5, por Watchman Nee)