II. TOMAR APUNTES
Al leer la Biblia, debemos tomar apuntes. Todo estudiante de la Biblia debe tomar notas. Necesitamos cuadernos pequeños y grandes. Siempre debemos llevar en nuestros bolsillos una libreta para apuntar ideas en cualquier momento. También debemos anotar nuestras preguntas. Además de esta libreta, debemos llevar con nosotros un cuaderno grande, en el cual debemos consolidar todo lo que haya pasado por nuestra mente y todo el material que hayamos coleccionado. Clasifiquemos esta información para futuras consultas. Al principio no necesitamos una división detallada, la clasificación puede ser general hasta cierto punto. Si deseamos clasificar nuestro material por temas teológicos, podemos dividirlo en cinco secciones: el Padre, el Hijo, el Espíritu, la iglesia y el siglo venidero. También podemos hacer divisiones más detalladas, pero para los creyentes nuevos estas cinco categorías son suficientes. Las profecías que se relacionan con la iglesia deben agruparse bajo la categoría “iglesia”. Las doctrinas relacionadas con la justificación y la santificación, también pueden agruparse bajo esta misma categoría. Al principio podemos tener cinco cuadernos, uno para cada una de estas categorías. Cuando recojamos más material, podemos hacer más divisiones.
Debemos ser cuidadosos cuando tomemos apuntes. Por ejemplo: cuando leemos Romanos, debemos notar que reinó y reinarán se usan cinco veces en 5:14, 17, y 21. Mucho más se usa cuatro veces en los versículos 9, 10, 15 y 17. Debemos tomar nota de todo esto. Marcos 13:9 dice: “Por causa de Mí”; el versículo 13 dice: “Por causa de Mi nombre”; y el versículo 20 dice: “Por causa de los escogidos”. ¿Por qué dicen tres cosas diferentes estos versículos? Observe el ejemplo en Mateo 24 y 25. ¿Cuántas preguntas hicieron los discípulos al Señor en el monte de los Olivos? ¿Cuántos versículos son respuesta a una pregunta, y cuántos responden otra? Los discípulos eran limitados en su conocimiento, y sus preguntas no eran pertinentes. Por eso no se habla mucho de sus preguntas. Pero el Señor Jesús habló extensamente en Sus respuestas. Tenemos que prestar atención a estas palabras y observar cuáles versículos abarca la respuesta del Señor, y cuáles comprenden Sus palabras adicionales. De este modo, tendremos una idea clara de la profecía dada en el monte de los Olivos. Observe las tres veces que aparece “dije” en Isaías 6:5 y 11, y “respondí” en el versículo 8. El primer “dije” es una confesión, la segunda vez que responde (v. 8) es una consagración, y el “dije” del versículo 11 es comunión. Debemos anotar todas estas cosas. Este material es muy útil tanto para nosotros como para otros hermanos y hermanas. Los buenos lectores de la Biblia son muy diligentes, pero no han llegado a serlo por casualidad.
(Cómo estudiar la Biblia, capítulo 4, por Watchman Nee)