Estudio-vida de Génesis, por Witness Lee

VIII. PARA AÑOS: ESTABLECIDOS POR LA TRANSLACION ANUAL DE LA TIERRA A FIN DE CREAR COMIENZOS MAS IMPORTANTES

Las revoluciones anuales de la tierra alrededor del sol producen principios más importantes. Esto es verdaderamente maravilloso. Estamos en Cristo y estamos en la iglesia. Por consiguiente, tenemos el sol y la luna, que nos traen las estaciones, los días y los años.

Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, el Señor le dijo que ése sería el principio de un nuevo año (Ex. 12:2). Cuando fuimos salvos, aquello también fue el comienzo de un nuevo año, el año de nuestro renacimiento, una verdadera revolución en nuestra vida. Mi primera revolución se produjo en 1925, el año en que fui salvo. La segunda fue en 1931, el año en que fui reavivado. Menos de un año después, en julio del año 1932, tuve otra revolución: vi la iglesia. Eso cambió toda mi vida cristiana. En mi vida cristiana he tenido numerosos años nuevos, además de éstos. Año tras año, Cristo como sol verdadero nos da un nuevo comienzo.

Ninguna cosecha puede crecer si no ocurren las estaciones, si no transcurren los días y los años. Todas las cosechas crecen mediante las lumbreras del cuarto día. Por una parte, somos la cosecha de Dios; por otra, somos la labranza de Dios. Necesitamos la luna que designa las estaciones para nosotros y necesitamos el sol que designa los días y los años.

Génesis 8:13 nos dice que Noé volvió a la tierra el primer día del primer mes. El tuvo un nuevo comienzo el primer día del primer mes, otro comienzo en la nueva tierra. Exodo 40:2, 17 revela que el tabernáculo fue erigido el primer día del primer mes, otro comienzo. ¿Por qué Dios no ordenó al pueblo que levantara el tabernáculo en el vigésimo noveno día del cuarto mes, sino en el primer día del primer mes? Para marcar un nuevo comienzo. En 2 Crónicas 29:17 y Ezequiel 45:18 se nos dice que el pueblo purificaba y santificaba el templo en el primer día del primer mes. El regreso de Babilonia empezó el primer día del primer mes, según Esdras 7:9. Todos los cristianos necesitan estos cuatro comienzos: la llegada a la nueva tierra, el levantamiento del tabernáculo de Dios, la purificación del templo de Dios, y el regreso del cautiverio. Todas estas cosas son nuevos comienzos en la vida cristiana, los cuales son necesarios para el crecimiento en Cristo y deben producirse en “el primer día del primer mes”.

(Estudio-vida de Génesis, capítulo 5, por Witness Lee)