EL AUGE DE GRAN BRETAÑA
En aquel entonces aún se necesitaba que el evangelio se extendiera al África y a Asia. También se necesitaba que la luz que habían recibido los Hermanos de Inglaterra llegara a todos los rincones de la tierra. ¿Cómo podía ocurrir esta propagación?
Después de la derrota de la Armada Invencible española, decayó el poder de España, y Gran Bretaña surgió como potencia. Poco a poco se convirtió en un imperio, con colonias por toda la tierra. De hecho, a Gran Bretaña se le llamó el imperio donde nunca se pone el sol. Por más de dos siglos las colonias eran sólo granjas, que abastecían a Inglaterra de los bienes que necesitaba y la enriquecían.
Durante los días de la preeminencia de Gran Bretaña, la influencia protestante se extendió a todos los continentes. La mayoría de los misioneros del pasado eran británicos. El dinero usado para propagar el evangelio era principalmente en libras esterlinas, no en dólares estadounidenses. Fue en Inglaterra que surgieron muchos gigantes espirituales. Grandes maestros de entre los Hermanos de Inglaterra escribieron cientos de libros que dieron a conocer las verdades bíblicas. Los oradores de la Convención de Keswick predicaban mensajes llenos de luz.
Sin embargo, ahora, especialmente desde la segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña ha venido perdiendo sus colonias, su fuente de riqueza. Las islas de Gran Bretaña, en lugar de ser jardines, tuvieron que convertirse en granjas. Gran Bretaña no fue fiel ni a Dios ni al hombre. En la primera Guerra mundial, Gran Bretaña prometió a los judíos que les ayudaría a hacer de Palestina su patria si se aliaban a ellos en su lucha contra Alemania. Sin embargo, al mismo tiempo, prometieron secretamente a los jordanos, quienes eran árabes, que Palestina sería de ellos si se aliaban para luchar contra los turcos. Cuando terminó la guerra, tanto los judíos como los jordanos se ofendieron por este acto de hipocresía.
(Situación mundial y el mover de Dios, La, capítulo 1, por Witness Lee)
