EL MOVER FINAL DE DIOS
Supongamos que estas tres cosas fueran completamente recobradas. ¿Constituirían ellas el mover final de Dios? ¿Es la predicación del evangelio el mover final de Dios? ¿Es la enseñanza de la Biblia el mover final de Dios? ¿Son las reuniones conforme a la Biblia el mover final de Dios? ¿En qué consiste el mover final de Dios? Consiste en ganar un pueblo que tenga a Cristo como su vida. Debemos vivirlo a Él. No debemos tener sólo doctrinas, sino debemos llevar una vida real en nuestro vivir cotidiano. Debemos experimentar que Cristo es la vida que fluye dentro de nosotros. A medida que Él nos satura y empapa, nos abastece con todos Sus elementos. La encarnación, la humanidad, el vivir humano, la crucifixión y la resurrección, todo ello, opera en nosotros por medio de la impartición que satura. A medida que Su vida nos satura, mata los elementos negativos que hay en nosotros y nos suministra el elemento divino. Debemos conocer esto, no sólo de forma doctrinal, sino como una realidad en nuestra experiencia. Luego debemos saber cómo ser transformados y cómo crecer hasta la madurez. Además, debemos conocer por experiencia en qué consiste ser edificados, a fin de que Cristo obtenga Su Cuerpo.
Lo que Dios desea no es principalmente la predicación del evangelio, la enseñanza de la Biblia, ni reuniones bíblicas. Lo que Él desea es que el Cristo que es la corporificación de Dios llegue a ser su vida, y que usted como miembro de Cristo llegue a ser una parte de Su Cuerpo. De este modo, Cristo tendrá Su Cuerpo. Entonces en cada localidad el Cuerpo se expresará como un candelero de oro. En esto consiste la preparación de la novia. Apocalipsis 19:7 está aún por cumplirse. Es cuando “Su esposa se [haya] preparado” que habrán “llegado las bodas del Cordero”.
¿Dónde podemos ver entre los cristianos de hoy está la novia que se esté preparando? Si usted asiste a diferentes reuniones cristianas, comprobará cuán pobre es la situación.
Siento una pesada carga por que ustedes vean en qué consiste el mover final de Dios. No piensen que no tengo preocupaciones terrenales. Tengo una esposa, hijos, nietos, nueras y yernos; y a veces tengo que ir al médico por ciertos problemas de salud. Ciertamente tengo mis problemas; ésa es parte de mi suerte como ser humano. Pero ninguna de estas cosas es mi verdadera preocupación. Mi verdadera preocupación es cómo presentarles a los queridos santos el mover final de Dios para que ellos puedan verlo. Hay una carga que pesa sobre mí. ¿Dónde puede el Señor obtener aquello que anhela? Ciertamente no podrá obtenerlo en templos llenos de ídolos, ni en las mezquitas musulmanas ni en las catedrales católicas. Él no tiene forma de obtenerlo. Incluso la predicación apropiada del evangelio, la enseñanza de la Biblia y las reuniones conforme a las Escrituras han sido descuidadas. ¿A quién les importa estas cosas? ¿Y a quién le importa el mover final que Dios llevará a cabo para cumplir Su intención eterna? ¿Aun quién sabe cuál es la intención eterna de Dios?
Hoy en día, cuando va a realizarse una campaña evangelizadora, los organizadores a menudo dependen de métodos organizacionales, y no del poder que proviene de la oración y de la Palabra. Hacen propaganda, invitan a personas famosas y les piden a las diferentes denominaciones que se unan para promover la campaña. De este modo, ellos pueden congregar a multitudes. Tal vez miles de personas respondan; sin embargo, al cabo de unos cuantos años, ¿qué sucede con todas esas personas? Consideren todas las campañas que se han realizado en los pasados treinta años. ¿Dónde están todos aquellos que supuestamente fueron salvos en dichas campañas? Por un lado, me regocijo en el Señor; pero, por otro, me lamento. ¿Dónde puede el Señor obtener un camino? ¿Dónde están las personas que Él puede usar? ¿Qué grupo de personas sobre la tierra le proveen al Señor un camino por donde Él pueda avanzar?
Debemos volvernos al Señor y pedirle que tenga misericordia de nosotros. Aun si nuestra predicación del evangelio es adecuada, nuestra enseñanza de la Biblia es acertada y nuestras reuniones son conforme a las Escrituras, debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿está Dios llevando a cabo Su mover final entre nosotros?
(Situación mundial y el mover de Dios, La, capítulo 4, por Witness Lee)