Estudio-vida de Zacarías, por Witness Lee

I. EL CONSEJO DADO A ISRAEL DE QUE SE VUELVA DE LA VANIDAD DE SU RELIGIÓN RITUALISTA A LA REALIDAD DE UNA VIDA PIADOSA

A. Abandonar la vanidad de su religión ritualista

Zacarías 7:3-6 habla sobre la vanidad de la religión ritualista. En particular, estos versículos mencionan el llanto y el ayuno. El pueblo de Israel lloraba, ayunaba y se apartaba para ello en el décimo mes para lamentarse por el ataque y sitio que sufrió Jerusalén a manos de los babilonios (Jer. 52:4). El pueblo lloraba, ayunaba y se apartaba para ello en el cuarto mes para lamentarse por haber sido derrumbado el muro de la ciudad de Jerusalén (2 R. 25:3-4). Israel lloraba, ayunaba y se apartaba para ello en el quinto mes para lamentarse por haber sido quemado el templo de Dios y la ciudad de Jerusalén (Jer. 52:12-13). El pueblo de Dios también lloraba, ayunaba y se apartaba para ello en el séptimo mes para lamentarse por el asesinato de Gedalías (2 R. 25:22-26).

B. Volverse a la realidad de una vida piadosa

A Israel no sólo se le aconsejó que abandonara la vanidad de su religión ritualista, sino también que se volviera a la realidad de una vida piadosa.

1. Escuchar la palabra de Dios

Primero, a Israel se le pidió escuchar la palabra de Dios proclamada por los profetas (Zac. 7:7, 11).

2. Juzgar con verdad

Si el pueblo de Israel había de poseer la realidad de una vida piadosa, ellos debían juzgar con verdad, mostrar benevolencia amorosa y compasión cada cual a su hermano, no oprimir a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre, y ninguno debía pensar mal en su corazón contra su hermano (vs. 9-10; 8:16b-17a).

3. Hablar verdad cada cual a su prójimo

Además, se le encargó al pueblo de Dios hablar verdad cada cual con su prójimo. Ellos no debían pensar mal en su corazón contra su prójimo ni tampoco debían amar el juramento falso, porque Jehová aborrecía todas estas cosas (8:16a, 17b).

4. Amar la verdad y la paz

Por último, los hijos de Israel debían amar la verdad y la paz (v. 19b). Se les aconsejó que abandonaran su religión ritualista, caracterizada por llanto y ayuno, para volverse a la realidad de una vida piadosa, una vida llena de justicia, benevolencia amorosa, compasión, verdad y paz.

(Estudio-vida de Zacarías, capítulo 8, por Witness Lee)