Constitución y la edificación del Cuerpo de Cristo, La, por Witness Lee

I. EL CRECIMIENTO EN VIDA DE LOS CREYENTES SEGUN SE REVELA EN LOS ESCRITOS DE JUAN

Ahora queremos ver el crecimiento en vida de los creyentes según se revela en los escritos de Juan. En todo el Nuevo Testamento, los escritos de Juan son los que más hablan acerca de la vida. Mateo, Marcos y Lucas se llaman los evangelios sinópticos. No hablan de la vida tanto como lo hace Juan. En Mateo 7 el Señor Jesús dijo que la puerta es estrecha y el camino angosto que lleva a la vida, y pocos los que lo encuentran (v. 14). Pero en Juan el Señor dijo que si vamos a El y bebemos, de nuestro interior correrán ríos de agua viva (7:37-38). El también dijo que si bebemos de El, nunca tendremos sed (4:14), y que si lo comemos, nunca tendremos hambre (6:35).

A. Su origen

El crecimiento en vida de los creyentes también tiene un origen, y este origen es el Verbo eterno, Dios en la eternidad (Jn. 1:1-2; 1 Jn. 1:1) en quien está la vida (Jn. 1:4a; 1 Jn. 1:2). Cantar al Señor nos ayuda a crecer en vida al tener contacto con Dios, la fuente de vida. Si cantamos un himno como #1151 en Hymns tres veces cada mañana durante una semana, seremos diferentes. En vez de estar muertos y moribundos, seremos los que viven y los que crecen en la vida divina.

B. Su base

1. La obra redentora de Cristo como Cordero de Dios

La base del crecimiento en vida de los creyentes revelada en los escritos de Juan es en primer lugar la redención de Cristo como el Cordero de Dios. Juan 1:29 dice: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”

2. La terminación efectuada al ser crucificado Cristo en la semejanza de la serpiente

La base de nuestro crecimiento en vida es también la terminación efectuada al ser crucificado Cristo en la semejanza de la serpiente (Jn. 3:14). En tipología Cristo es un cordero, pero, ¿nunca nos hemos dado cuenta de que en tipología Cristo también es una serpiente de bronce? De la manera en que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, asimismo Cristo como el Hijo del Hombre fue levantado en la cruz. El murió como Cordero de Dios a causa de nuestro pecado. Fue levantado en la cruz en forma de serpiente porque habíamos llegado a ser como serpientes en nuestra naturaleza vieja. Fuimos mordidos por la vieja serpiente, Satanás.

En Génesis 3 la vieja serpiente vino a envenenar a nuestra primera madre y a nuestro primer padre, así que nosotros también recibimos el veneno. De hecho, fuimos envenenados hace casi seis mil años cuando la primera pareja fue envenenada por la vieja serpiente. Como resultado, llegamos a ser serpientes (Mt. 3:7; 12:34; 23:33). Somos como serpientes. Por eso, Cristo murió en la semejanza de la serpiente, la semejanza de la carne de pecado (Ro. 8:3), a fin de juzgar y exterminar la serpiente antigua, Satanás, el diablo, y la naturaleza serpentina que está dentro de nuestro viejo hombre caído. Esto se ve en la tipología de la serpiente de bronce levantada en el desierto por Moisés en Números 21.

3. La obra regeneradora efectuada por el Espíritu como paloma

El tercer aspecto de la base del crecimiento en vida de los creyentes es la obra regeneradora efectuada por el Espíritu como paloma (Jn. 3:5; 1:32), la cual produce los hijos de Dios, que tienen derecho a la vida divina (1:12), quienes nacieron de Dios, no de sangre, no por la voluntad de carne, ni de voluntad de varón (v. 13).

Cristo se revela en los primeros tres capítulos de Juan como cordero, serpiente y paloma. El Cordero resuelve el problema de nuestros pecados, la serpiente resuelve el problema de la naturaleza serpentina, y la paloma nos imparte vida, nos vivifica, nos regenera. Por medio del Cordero, nuestro pecado es quitado, por medio de la serpiente el problema de nuestra naturaleza serpentina es resuelto y por medio de la paloma somos regenerados. Antes de ser regenerados éramos serpientes, pero hoy somos palomas que vuelan. Hoy tenemos a Cristo el Espíritu como paloma en nosotros. Algo en nosotros siempre trata de volar. Sin Cristo como el Espíritu que vuela, no podríamos soportarnos. Todos necesitamos a Cristo como Aquel que vuela.

En esta vida de afanes, ¿quién no tiene problemas? Antes de casarse, un hermano tenía problemas por no tener esposa. Pero ahora está casado y sigue con problemas. No podemos escaparnos de los problemas de la vida humana. Entonces, ¿a dónde iremos? Debemos simplemente acudir a Jesús para disfrutarle como Aquel que vuela. Fuimos redimidos por Cristo como el Cordero inmolado por nosotros, fuimos liberados del veneno de la serpiente por medio de Cristo quien es la serpiente de bronce que nos libera, y fuimos regenerados por Cristo como la paloma, el Espíritu que está sobre nosotros, que nos vivifica. Esta es la base inmutable de nuestro crecimiento en vida.

(Constitución y la edificación del Cuerpo de Cristo, La, capítulo 3, por Witness Lee)