Dos oraciones más grandes del apóstol Pablo, Las, por Witness Lee

LA HERENCIA DE DIOS EN LOS SANTOS

El segundo asunto que Pablo ora una segunda vez para que conozcamos “las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos” (Ef. 1:18). Hemos visto que la herencia de Dios en los santos es el Cristo que ha sido forjado en ellos. Realmente, el Cristo que ha sido forjado en nosotros es la iglesia, así que, la iglesia es la herencia de Dios. Este asunto es muy profundo. No piensen que la iglesia es una organización, un grupo de gente religiosa o una entidad social o religiosa. La iglesia es simplemente Cristo forjado en nosotros de manera corporativa.

LA TRASMISION DEL PODER DE DIOS PRODUCE LA IGLESIA

El apóstol ora la tercera vez para que veamos “la supereminente grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos” (v. 19). Debemos prestar atención a la corta frase para con nosotros, de este versículo. Este gran poder no es algo que no está relacionado con nosotros. Este poder es para con nosotros. Este gran poder se dirige continuamente hacia nosotros los que creemos. Nosotros somos el objeto de ese poder.

No debemos olvidar los cuatro puntos que constituyen este poder. Primero, es el poder que levantó a Jesús de entre los muertos (v. 20), el poder de la resurrección. Segundo, es el poder que sentó a Cristo a la diestra de Dios (vs. 20-21), el poder que lo trasciende todo. No puede ser retenido, suprimido ni oprimido; lo trasciende todo. Tercero, este poder sujeta todas las cosas bajo los pies de Cristo (v. 22). Este es el poder sometedor. Cuarto, es el poder que le puso a Cristo como Cabeza sobre todas las cosas (v. 22). Este es el poder soberano que rige sobre todo. Tenemos que conocer este poder en todos sus aspectos. Este gran poder es el poder de la resurrección que lo trasciende, subyuga y domina todo, y éste es el poder que produce la iglesia.

Experimentar la trasmisión divina

En el versículo 19, este gran poder es “para con nosotros los que creemos”. Para recibir el poder de Dios, no hay otra condición que la de creer en el Señor Jesús. Si cree en el Señor Jesús, este poder es para con usted e incluso está en usted. Luego el versículo 22 dice que a Cristo se le ha puesto como Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Esta palabra “a” indica una trasmisión. Aquí tenemos una trasmisión divina de todo el poder que Dios ha forjado en Cristo dentro de la iglesia. Aunque quizá veamos esto, puede ser para nosotros meramente una doctrina. Necesitamos también ver cómo aplicarlo.

Para experimentar este poder, primero tenemos que darnos cuenta de que ya está en nosotros. Es exactamente como la electricidad que ha sido instalada en un edificio. Pero con la mayoría de nosotros, nuestro “amperaje” es muy bajo. Nuestra capacidad para recibir la trasmisión de este poder es muy pequeña. Este poder ha sido instalado en nosotros, pero como nuestra capacidad es muy pequeña, muchas veces en nuestra experiencia “el fusible se quema”, y el poder no trabaja. Todos debemos acudir al Señor para que nuestra capacidad pueda ser agrandada y así podamos experimentar el poder que está dentro de nosotros.

(Dos oraciones más grandes del apóstol Pablo, Las, capítulo 2, por Witness Lee)