En este libro hablaremos de las dos oraciones más profundas del apóstol Pablo. Estas dos oraciones se encuentran en el libro de Efesios, un libro hondo, elevado y profundo. Este libro profundo trata principalmente un tema: la iglesia. La iglesia es el tema más profundo de la Biblia. No es algo superficial, ligero ni fácil de comprender. Hoy la frase la iglesia se usa en forma equivocada. Cuando alguien se refiere a la iglesia, ¿qué quiere decir? Para muchos la iglesia es algo común. Incluso quizá algunos piensen que la iglesia es un edificio material, pero según la Biblia, la iglesia es un tema muy profundo. Tenemos que estar en la parte más profunda de nuestro ser, o sea, nuestro espíritu, para conocer la iglesia. Todos nosotros, especialmente los hermanos y hermanas jóvenes, debemos conocer algo que no es meramente para nuestro disfrute, nuestra salvación o nuestra edificación. Tenemos que conocer la iglesia, el tema más profundo de la Biblia. El apóstol oró para que nosotros conociéramos a la iglesia, puesto que es algo tan profundo. Necesitamos la oración del apóstol para ver la iglesia.
Necesitamos considerar lo que Pablo dijo en estas dos oraciones. En la primera oración, oró para que recibiéramos un espíritu de sabiduría y de revelación a fin de que pudiéramos ver la iglesia (Ef. 1:17-23). Oró para que recibiéramos un espíritu a fin de que pudiéramos ver, un espíritu de revelación, y aun un espíritu que revela. Necesitamos dicho espíritu para ver la iglesia. Muchos quizá tengan un entendimiento común o superficial en cuanto a la iglesia, pero no es muy simple ni superficial. No debemos pensar que entendemos cabalmente el asunto de la iglesia. La iglesia es el misterio de Cristo (Ef. 3:4), y necesitamos recibir una revelación para verla.
En la segunda oración de Pablo (3:16-21), él oró para que fuéramos fortalecidos en nuestro hombre interior. Esto está relacionado con nuestra experiencia. Primero oró para que viéramos, para que fuéramos iluminados, es decir, para que recibiéramos la revelación, y oró en otra ocasión para que fuéramos fortalecidos. Primero, necesitamos recibir la revelación para poder ver lo que está relacionado con este misterio. Después de ver, necesitamos profundizarnos en lo que hemos visto, o sea que necesitamos experimentarlo. En otras palabras, la primera oración es una oración para la revelación, y la segunda es una oración para la experiencia. En el libro de Efesios, tanto la revelación como la experiencia se relacionan con la iglesia.
(Dos oraciones más grandes del apóstol Pablo, Las, capítulo 1, por Witness Lee)