I. LA NECESIDAD DE LA REGENERACION
1) “[Yo, el Señor Jesús] te dije [a Nicodemo quien procuraba hacer el bien]: Os es necesario nacer de nuevo” (Jn. 3:7).
Todo hombre está dispuesto y listo para hacer el bien, pensando que simplemente necesita buenas obras y moralidad, sin darse cuenta que necesita nacer de nuevo para recibir otra vida. Así que, el Señor Jesús le dijo a Nicodemo, quien procuraba hacer buenas obras: “Os es necesario nacer de nuevo”. Nicodemo representa a todos los que desean hacer el bien sin conocer la necesidad del hombre. Sólo Dios y el Señor Jesús conocen la necesidad del hombre. Esta necesidad es la regeneración.
A. El hombre es de la carne
1) Jesús dijo: “Lo que es nacido de la carne, carne es” (Jn. 3:6).
El hombre necesita ser regenerado porque es nacido de la carne y es de la carne. Lo que es nacido de la carne y es de la carne, carne es. La carne no se sujeta a la ley de Dios ni tampoco puede, y no puede agradar a Dios (Ro. 8:7-8). El hombre carnal es formado en maldad (Sal. 51:5) y es concebido en pecado. El está vendido al pecado (Ro. 7:14), pertenece al pecado, es ajeno a la vida de Dios (Ef. 4:18) y no tiene nada que ver con Dios. Sea bueno o malo a los ojos del hombre, lo que el hombre carnal tiene es meramente la vida humana de la carne, y no la vida de Dios. Por lo tanto, el hombre necesita ser regenerado para obtener la vida de Dios.
B. Para entrar en el reino de Dios
1) “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios ... el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Jn. 3:3, 5).
El hombre también necesita ser regenerado a fin de entrar en el reino de Dios. A menos que un hombre sea regenerado, ni puede ver el reino de Dios, ni puede entrar en él. El reino de Dios es espiritual, y ver este reino espiritual es entrar en él. La regeneración es la entrada única a través de la cual el hombre entra en el reino de Dios. El reino de Dios es la esfera de lo que Dios es, así como el reino vegetal es la esfera de lo que las plantas son, y el reino animal es la esfera de lo que son los animales. Sin las plantas no hay reino vegetal, y sin los animales no hay reino animal. Lo que el hombre es, y lo que Dios es, es básicamente diferente, estando ellos en dos esferas diferentes y en dos reinos diferentes. A fin de entrar en el reino humano, uno tiene que nacer del hombre para tener la vida humana; del mismo modo, a fin de entrar en el reino de Dios, uno tiene que nacer de Dios para tener la vida de Dios. Por lo tanto, el hombre tiene que nacer de Dios, es decir, tiene que ser regenerado para tener la vida de Dios y poder entrar en el reino de Dios.
(Lecciones de vida, tomo 4, capítulo 6, por Witness Lee)