Ejercicio de nuestro espíritu para la liberacion de nuestro espíritu, El, por Witness Lee

LOS CÁNTICOS QUE SE ESCUCHAN EN LAS IGLESIAS

Lo más significativo en cuanto a Cristo en este salmo es el dulce olor de Su muerte y Su resurrección, y lo más significativo acerca de la iglesia en este salmo es los cánticos y las alabanzas tipificadas por los instrumentos de cuerda en Salmos 45:8. La iglesia primitiva en el libro de Hechos es el cumplimiento de este salmo. De la muerte y la resurrección de Cristo procedieron muchas iglesias locales en diversos lugares, y de estas iglesias proceden los cánticos y las alabanzas al Señor. Esto alegra al Señor.

Las iglesias como palacios de marfil son el producto de la muerte y la resurrección de Cristo y, por tanto, están en resurrección. En el interior de estas moradas se deben escuchar cánticos continuamente, música que alegra al Señor (He. 2:12; Ef. 5:19; Col. 3:16). Por consiguiente, debemos cantar. Es más difícil orar que chismear, y en cierto sentido, es aún más difícil cantar. Cuando no estamos en el espíritu, no es fácil cantar, pero cuando estamos en el espíritu, nos resulta fácil cantar, y cuanto más cantamos, más estamos en el espíritu. Debemos rebosar, bullir y cantar todo el tiempo. En nuestras reuniones debemos cantar mucho más que lo que hablamos.

Puesto que la iglesia está en resurrección, debemos cantar también en resurrección. A algunas personas por naturaleza les gusta cantar. Sin embargo, no debemos cantar de una manera natural o emocional. Cuando cantamos, no debemos pensar en la música ni tratar de cantar melodiosamente. Esto anulará nuestro cantar. En lugar de ello, debemos cantar de una manera espiritual. Antes de las reuniones debemos aprender un nuevo himno y memorizar algunos coros o estrofas. De este modo, no tendremos necesidad de cantar con nuestros himnarios, sino que podremos cantar con nuestro corazón. Si hacemos esto, comprobaremos cuán vivientes, activas y positivas serán nuestras reuniones. Seremos vivientes, y seremos liberados de la letra y de los formalismos.

La manera apropiada de ejercitar nuestro espíritu es orar, pero a veces cantar un himno puede resultar mejor aún que orar. Si intentamos cantar un himno en la mañana, nuestro espíritu estará ejercitado. Cuanto más cantemos, más se liberará y fortalecerá nuestro espíritu, y más concentrada estará nuestra mente, más doblegada nuestra voluntad y más purificadas nuestras emociones. Cantar de la manera apropiada nos librará de nuestra mente, parte emotiva y voluntad naturales. Ésta es la mejor manera de ser liberados de las cosas de la vida natural. El hecho de que cantemos pone a prueba si verdaderamente estamos o no en el espíritu; si estamos en el espíritu, cantaremos continuamente. Incluso mientras conducimos, tendremos una canción o un himno con el cual alabar al Señor. Nuestro cantar y nuestras alabanzas son un firme testimonio a los demás de que somos cristianos.

(Ejercicio de nuestro espíritu para la liberacion de nuestro espíritu, El, capítulo 2, por Witness Lee)