Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 189-204), por Witness Lee

V. LOS DOS ASPECTOS DE LA IGLESIA

La iglesia tiene dos aspectos: el aspecto universal y el aspecto local.

A. El aspecto universal

En su aspecto universal, la iglesia es únicamente una sola. Al final de Efesios 1 Pablo afirma que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Ésta es la iglesia en su aspecto universal, pues Cristo únicamente tiene un solo Cuerpo, el cual es único en el universo.

1. La iglesia universal

La iglesia universal es la casa del Dios viviente, el Cuerpo de Cristo, la novia que complementa a Cristo como Novio y el nuevo hombre.

2. Según es revelado por el Señor en Mateo 16:18

En Mateo 16:18 tenemos la primera mención que el Señor hace de la iglesia. En este versículo Él dice: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia”. Lo revelado aquí es la iglesia universal con miras al testimonio único del Señor en el universo.

a. Es edificada por Cristo, el Hijo del Dios viviente, quien es revelado por el Padre

La iglesia universal es edificada por Cristo, el Hijo del Dios viviente, quien es revelado por el Padre. Cuando Pedro declaró que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, el Señor le dijo: “Bienaventurado eres, Simón Barjona, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los cielos” (Mt. 16:17). Sólo el Padre conoce al Hijo (11:27) y sólo Él puede revelarnos al Hijo. El Hijo revelado por el Padre ahora edifica la iglesia universal, no la iglesia en una nación, ni la iglesia en una ciudad.

En Mateo 16 el Padre primero reveló Cristo a Pedro. Después, con esta revelación como fundamento, el Señor procedió a revelar la iglesia universal a Pedro y a los otros apóstoles. El Señor dijo claramente que Él mismo como Cristo, el Hijo del Dios viviente, edificaría la iglesia.

b. Sobre la roca de la revelación acerca de Cristo, el Hijo del Dios viviente

En Mateo 16:18 el Señor Jesús dijo que Él edificaría Su iglesia sobre “esta roca”. Estas palabras no se refieren solamente a Cristo mismo, sino también a la revelación de Cristo. La iglesia es edificada sobre esta revelación acerca de Cristo.

Todos debemos ver que la edificación de la iglesia universal está íntegramente basada sobre la clara revelación acerca de Cristo, el Hijo del Dios viviente. Esta revelación es el factor crucial, el centro mismo, de la edificación de la iglesia universal. La iglesia universal no es edificada conforme a doctrina, credo o creencia alguna. Por el contrario, la iglesia universal es edificada conforme a la revelación de Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Cristo es único. Él es maravilloso, excelente e insuperable. Él es el Dios completo y también el hombre perfecto. Él creó la tierra y, no obstante, vivió en ella como un hombre al vivir en Nazaret como un carpintero. Finalmente, cuando tenía treinta años de edad, salió a manifestar a Dios por lo que Él era, por lo que Él hizo y por lo que Él dijo. Esto significa que Su persona, Sus acciones y Sus palabras expresaron al máximo a Dios.

El Señor Jesús expresó a Dios no en la Deidad, sino en la paternidad, pues Él dio a conocer el nombre “Padre” a Sus discípulos. A fin de que Dios pudiera llevar a cabo Su propósito de forjarse en Su pueblo escogido, era necesario que Él fuese el Padre que engendra. Fue al engendrarnos con Él mismo que Dios llegó a ser nuestro Padre y nosotros llegamos a ser Sus hijos.

La principal actividad realizada por el Señor Jesús mientras estuvo en la tierra fue expresar al Padre y dar a conocer el nombre del Padre a Sus discípulos. Antes de aquel tiempo los israelitas conocían a Dios como Padre únicamente de una manera general al tenerlo como su fuente. Ellos no le conocían como Aquel que engendra, sino únicamente como Aquel que era el origen de ellos mediante la creación. Adán no fue engendrado por Dios, sino solamente creado por Él. Por tanto, Dios era su origen, y en este sentido, Dios era su Padre; en realidad, Dios no era el Padre de Adán. En la actualidad, quienes creemos en Cristo somos auténticos hijos de Dios, engendrados por Él, y Dios es nuestro auténtico Padre, quien nos engendró. Como resultado de ello, en la actualidad conocemos a Dios en la paternidad, pues le conocemos en el nombre del Padre. Ésta fue la razón por la cual el Señor, la mañana de Su resurrección, le indicó a María que dijera a Sus discípulos que Él ascendía a Aquel que era tanto Su Padre como el Padre de ellos (Jn. 20:17). Él también, por primera vez, se refirió a Sus discípulos como Sus hermanos. Que seamos hijos de Dios y hermanos de Cristo se debe por completo a la maravillosa persona del Señor y al hecho de que Él expresa a Dios en el nombre del Padre.

Después de llevar una vida de expresar a Dios en el nombre del Padre, el Señor Jesús entró en la muerte, llevando a cabo una muerte todo-inclusiva. Al ser crucificado, Él tenía un estatus séptuplo: el Cordero de Dios a fin de hacerse cargo de la totalidad del pecado (1:29); un hombre en la carne (v. 14), en semejanza de carne de pecado (Ro. 8:3); el postrer Adán (1 Co. 15:45), un hombre en la vieja creación; la serpiente de bronce (Jn. 3:14), que tenía la forma de la serpiente pero no el veneno de ella; el Primogénito de toda creación (Col. 1:15) para poner fin a toda la vieja creación; el Pacificador, Aquel que hizo la paz (Ef. 2:14-16); y el grano de trigo, que cayó en la tierra a fin de liberar la vida divina (Jn. 12:24). Debido a que el Señor murió teniendo este estatus séptuplo, Él eliminó todas las cosas negativas y liberó la vida divina para que nosotros, Sus creyentes, podamos ser regenerados y engendrados a fin de llegar a ser hijos de Dios.

Después de Su resurrección, Él ascendió a los cielos. En cierto sentido, Él ascendió por Sí mismo; en otro sentido, Él fue levantado a los cielos por el gran poder de Dios que se había forjado en Él para levantarlo de entre los muertos, sentarlo en los lugares celestiales, someter todas las cosas bajo Sus pies y darlo por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia con miras a que se produjese el Cuerpo de Cristo (Ef. 1:19-23). ¡Qué persona tan maravillosa es Cristo! La iglesia es edificada sobre la revelación acerca de esta maravillosa persona.

La iglesia universal ha sido formada de la persona todo-inclusiva de Cristo. Él es el factor, el elemento, el constituyente, para la formación de la iglesia universal. La iglesia, por tanto, no fue formada de la nada sino de algo maravilloso. Esto se halla tipificado por el hecho de que Eva fue formada de Adán. Adán fue el factor, el elemento, el constituyente, para la generación de Eva. Asimismo, en contraste con la creación, la cual llegó a existir a partir de la nada, la iglesia llegó a existir por medio de la maravillosa persona de Cristo, quien es la corporificación del Dios Triuno procesado y el hombre único y perfecto. La iglesia universal, el Cuerpo de Cristo, es edificada sobre la roca de la revelación acerca de la persona maravillosa, excelente y todo-inclusiva de Cristo, el Hijo del Dios viviente.

(Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 189-204), capítulo 11, por Witness Lee)