Edificación de la iglesia, La, por Witness Lee

PEDRO VIO QUE CRISTO Y LOS CREYENTES SON PIEDRAS ÚTILES PARA EL EDIFICIO DE DIOS

Pese a que yo soy de China, una tierra pagana, nací y fui criado en el cristianismo. Desde mi juventud escuché predicadores, pastores y ministros hablar acerca de Pedro, predicando que el Señor llamó a Pedro para que fuese un pescador de hombres (Mt. 4:19). Esto sin duda es cierto; no obstante, jamás escuché ni un solo predicador decir que el Señor hizo de Pedro una piedra. La primera vez que Pedro tuvo contacto con el Señor, Él no le dijo que lo haría pescador de hombres. El Señor le dijo esto a Pedro en Mateo 4:19, el cual es un relato de la segunda vez que Pedro tuvo contacto con el Señor. Pedro fue llamado por el Señor dos veces porque, al igual que nosotros, era débil en su fe. La primera vez que Pedro vino al Señor, Él le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)” (Jn. 1:42). El nombre Pedro significa “una piedra”. Por lo tanto, la primera vez que Pedro vino al Señor Jesús, Él inmediatamente le prometió a Pedro que lo haría una piedra. Sin embargo, Pedro no permaneció con el Señor, sino que regresó a su antigua profesión, la pesca. Por esta razón, en Mateo 4 el Señor fue junto al mar donde Pedro estaba pescando y lo llamó de nuevo. En esta segunda ocasión el Señor le dijo a Pedro que lo haría pescador de hombres. Por consiguiente, ser una piedra viene antes que ser un pescador de hombres.

Más tarde, cuando Pedro seguía al Señor, Él les preguntó a los discípulos: “Vosotros, ¿quién decís que soy Yo?” (16:15). Pedro fue el primero en responder, diciendo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (v. 16). El Señor le contestó: “Yo también te digo, que tú eres Pedro” (v. 18). Era como si el Señor le estuviera diciendo: “No te olvides del nuevo nombre que te di; tú eres una piedra”. Ésta debe de haber sido la razón por la que cuando Pedro ya era mayor, al escribir su primera epístola, les dijo a los creyentes: “Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (2:5). Por lo tanto, podemos ver que la primera vez que Pedro vino al Señor, se le recalcó que él sería hecho una piedra. Más tarde, cuando Pedro estaba con el Señor, Él le recordó nuevamente que era una piedra. Finalmente, cuando Pedro se puso en pie delante de los líderes de los judíos, no sólo les dijo que Jesucristo, Aquel que fue rechazado, era el Salvador, sino que también era la piedra del ángulo (Hch. 4:11-12). Pedro predicó a Cristo no sólo como Salvador, sino también como una piedra.

Cristo es el Salvador para nuestra salvación, y es la piedra útil para el edificio de Dios. Cristo suple nuestra necesidad al ser el Salvador, y cumple el propósito de Dios al ser la piedra. Cristo nos salva por causa del edificio de Dios: Él no tiene ninguna intención de salvarnos para llevarnos al cielo. La Biblia nos dice que al final el cielo quedará vacío. Apocalipsis 21:2 dice: “Vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios”. Muchos cristianos quieren ir al cielo, pero Dios está preparándose para descender a la tierra. Así que, estos cristianos están tratando de ir en dirección contraria a la de Dios. Debemos ver que nuestro Salvador es una piedra. No es que Él sea la piedra para poder ser el Salvador, sino que es el Salvador a fin de poder ser la piedra. En otras palabras, el edificio no existe por causa de la salvación, sino que la salvación existe por causa del edificio. De manera que fuimos salvos por causa del edificio de Dios, no para ir al cielo.

(Edificación de la iglesia, La, capítulo 3, por Witness Lee)