TRES GRANDES APÓSTOLES
En este capítulo estudiaremos la edificación de la iglesia revelada en la experiencia y escritos de Pedro. Aunque quizás conozcamos muy bien a Pedro, siento la carga de ayudarlos a conocerlo aún más, a fin de conocerlo de manera profunda. Entre los primeros apóstoles que establecieron las iglesias, Pedro fue el primero. Él no fue el primero que fue traído al Señor, pero ciertamente fue el primero que fue comisionado para establecer las iglesias (Mt. 16:19). También fue el primero que habló para guiar a muchos a la salvación para la edificación de la iglesia (Hch. 2:14-41). Pedro fue el primer apóstol que estableció las iglesias, y Pablo fue el último en el Nuevo Testamento que estableció las iglesias. Algunos se preguntarán en dónde ubicamos al apóstol Juan. El Nuevo Testamento revela que poco después que las iglesias fueron establecidas, ellas fueron dañadas o derribadas y quedaron como una red de pescar rasgada. Por lo tanto, se necesitó a Juan como remendador. El ministerio de Juan era un ministerio remendador. Después que la “red” de la iglesia fue rasgada, Dios comisionó a Juan con su ministerio de vida para que remendara las rasgaduras. ¡Aleluya por estos tres maravillosos apóstoles! Uno empezó, otro completó y, cuando la obra de ellos sufrió daño, vino el tercero para remendarla.
Entre estos tres grandes apóstoles —Pedro, Pablo y Juan— en este capítulo sólo abarcaremos el primero: Pedro. En el siguiente capítulo hablaremos de Pablo y de Juan.
(Edificación de la iglesia, La, capítulo 3, por Witness Lee)