CRISTO PRODUCE A SU NOVIA EN LA NUEVA CREACIÓN
POR MEDIO DEL CRECIMIENTO Y LA TRANSFORMACIÓN
Ahora debemos proceder a ver de qué manera Cristo produce a Su novia. Él produce a la novia por los medios propios de la nueva creación. Al presente, en el recobro del Señor, estamos combatiendo contra la religión organizada y tradicional, y combatimos en pro de la nueva creación. La religión organizada y tradicional no ayuda a los creyentes a crecer, a ser renovados, ni a ser transformados. Muchos de nosotros podemos testificar que no comenzamos a crecer espiritualmente, sino hasta que nos integramos en la vida de iglesia.
El crecimiento es seguido por la transformación. Tanto en nuestra vida física como en nuestra vida espiritual, somos transformados al crecer. Cuanto más crecemos, más somos transformados.
Debido a que la religión organizada y tradicional no ayuda al pueblo de Dios a crecer, existe la necesidad del recobro del Señor. Nosotros tenemos necesidad del recobro, y Dios también tiene necesidad del recobro. El recobro del Señor absolutamente tiene por finalidad la nueva creación. Por esta razón, desde que vine a este país en 1962 he estado dando mensajes sobre la transformación. El recobro del Señor tiene por finalidad la nueva creación, y la nueva creación requiere que haya una transformación de lo viejo a lo nuevo. Además de ser transformados, también es necesario que seamos conjuntamente edificados de modo que podamos ser el Cuerpo de Cristo y también la novia de Cristo, el complemento de Cristo.
Cristo tiene necesidad del Cuerpo y de la novia. Antes de Su segunda aparición, Cristo continuará operando en la iglesia de una manera misteriosa a fin de hacer de nosotros una nueva creación. Cuando esta nueva creación haya sido transformada y llegue a ser madura en vida, ella será adherida a Cristo y se hará uno con Cristo para ser Su novia.
Quisiera recalcar el hecho de que la novia requiere madurez. Cristo no se casará con una novia que sea inmadura. Únicamente cuando hayamos alcanzado la madurez, Él nos tomará para que seamos Su novia. Tenemos que reconocer que en el recobro del Señor todavía no hemos alcanzado la madurez; somos todavía muy jóvenes para ser presentados a Cristo como Su novia. Por tanto, existe la urgente necesidad de que alcancemos la madurez. Cuando Cristo, el Novio, vea que hemos alcanzado la madurez, Él se casará con la novia y, entonces, vendrá con ella como Su ejército para desmenuzar el gobierno humano.
(Estudio-vida de Daniel, capítulo 13, por Witness Lee)