EL ESPIRITU Y EL ALMA
Hasta aquí, hemos visto que el espíritu y el alma son dos partes distintas del ser del hombre (1 Ts. 5:23; He. 4:12; Lc. 1:46-47). El cuerpo es la parte más exterior del hombre y su espíritu es su parte más profunda (Jn. 7:38). Entre estas dos partes está el alma como un medio. Un ser humano es tripartito, de tres partes: el espíritu, el alma y el cuerpo. La Biblia también revela que el alma es algo bastante contrario al espíritu.
En 1 Corintios 2:14 se nos dice que “el hombre del alma no recibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente” (lit.). El alma no puede entender las cosas de Dios. Es el espíritu que conoce, que discierne las cosas de Dios. Estas dos partes dentro de nosotros son absolutamente diferentes. No podemos entender las cosas de Dios meramente por el alma porque el alma en sí tiene la capacidad de conocer las cosas psicológicas, y no las cosas espirituales. El alma no es capaz de conocer las cosas de Dios, pero es el espíritu el que conoce las cosas de Dios. Muchos cristianos no saben la diferencia entre el espíritu y el alma. Algunos cristianos hasta insisten en decir que el espíritu y el alma son sinónimos, pero en las Escrituras se nos dice que el espíritu y el alma son dos entidades absolutamente diferentes y distintas.
(Nuestro espíritu humano, capítulo 8, por Witness Lee)