Nuestro espíritu humano, por Witness Lee

UN HOMBRE DEL ALMA

El versículo 14 nos dice que el hombre del alma no recibe las cosas del Espíritu de Dios. El hombre del alma nunca puede conocer nada de Dios. No es posible que el hombre del alma conozca a Dios, pero en el versículo siguiente dice que el espíritu, el espíritu humano, sí conoce. Con el hombre del alma no existe la posibilidad de conocer a Dios, pero con el hombre espiritual existe la posibilidad completa. Así que por estos dos versículos se puede ver la diferencia entre el alma y el espíritu. Si usted es hombre del alma nunca puede conocer nada de Dios. Si usted es hombre del espíritu, entonces conoce las cosas de Dios. Por este pasaje podemos ver la diferencia entre el espíritu y el alma, sin embargo muchos cristianos hoy aún insisten en decir que el espíritu y el alma son términos sinónimos. No obstante, 1 Corintios 2:14-15 muestra que con el alma no existe la posibilidad de conocer nada de Dios, pero con el espíritu hay toda posibilidad.

Si usted es hombre del alma, simplemente está en tinieblas en cuanto a las cosas de Dios. Tiene que ser un hombre del espíritu. Entonces conocerá las cosas de Dios. Estos versículos revelan una gran diferencia entre el alma y el espíritu. No hay posibilidad de que conozcamos nada de Dios si somos hombres del alma. ¿Qué es un hombre del alma? Un hombre del alma es un hombre que vive por el alma y en el alma. La diferencia entre ser del alma y ser espiritual es la propia diferencia entre el alma y el espíritu. No podemos decir que el espíritu es igual que el alma. Si decimos esto, estamos en tinieblas. Todos debemos entender con mucha claridad que el espíritu es absolutamente distinto del alma. ¿Son los oídos igual que los ojos? El ojo y el oído no son términos sinónimos. No se puede decir esto. Los ojos son los ojos y los oídos son los oídos. Estos son dos órganos diferentes, dos partes diferentes de nuestro ser. De igual manera, el alma no es el espíritu. La enseñanza de la dicotomía, de que el hombre es de dos partes, no es bíblica en absoluto.

(Nuestro espíritu humano, capítulo 7, por Witness Lee)