EN EL MUNDO ESPIRITUAL
SOLO SE HALLA CRISTO
Muchos creyentes no saben que en el mundo espiritual no hay una cantidad de elementos; allí solamente se halla Cristo. En el mundo espiritual no hay paciencia ni humildad ni santificación ni luz, sino únicamente Cristo.
El Señor tiene que hacer una obra profunda en nosotros, pues eso es lo que necesitamos. Si no se prestara a malentendidos, les diría que necesitamos una segunda salvación. Cuando fuimos salvos, vimos que nuestra necesidad era Cristo y no las obras; que la salvación se obtenía por medio de Cristo y no por obras. Ahora necesitamos otra visión clara y profunda: no necesitamos cosas, sino a Cristo. Necesitamos una experiencia tan sólida y profunda como la de nuestra salvación, y necesitamos que muchas cosas sean derribadas como sucedió entonces. Cuando fuimos salvos, muchas cosas fueron derribadas y obtuvimos a Cristo. De la misma manera, muchas cosas deben ser derribadas en nosotros hoy. La diferencia radica en que lo que fue derribado la primera vez eran cosas pecaminosas, mientras que hoy deben ser derribadas cosas espirituales. La primera vez fue el orgullo, los celos, la vanagloria, la ira y otros pecados; ahora son la paciencia, la humildad y la presunta santidad. Tales cosas deben ser derribadas para que podamos ver que Cristo es nuestra vida, y que El es el que es. En esto consiste la vida cristiana interior, la cual es diferente de lo que comúnmente se oye entre el puelo cristiano.
Si ustedes no se ofendieran, les hablaría con franqueza. Muchos hermanos han venido a hablar conmigo haciéndome muchas preguntas. Sólo les he podido decir que tal vez ustedes piensen que son mejores que otros, pero temo que por el resto de sus vidas no dejarán de ser lo que son hoy. Tienen muchas virtudes, una gran paciencia y una profunda humildad. Son personas muy aptas y amables. Son afectuosos, serviciales y comprensivos. Están dispuestos a hacer cualquier cosa por otros. Desde el punto de vista humano, es difícil hallar un creyente como ustedes. Pero, aun así, debo decirles francamente que todo lo que poseen son sólo “cosas”. Deben comprender que lo que es verdaderamente espiritual ante el Señor no son las cosas, sino el Señor Jesucristo mismo. No es importante lo que ustedes sean, lo que puedan hacer ni lo que tengan; lo único que cuenta es Cristo. Lo único que tiene valor espiritual es lo que Cristo haya realizado en ustedes. En el mundo espiritual no hay muchas cosas; sólo está Cristo, y El es la realidad de todos los asuntos y las cosas de Dios.
(Cristo es todas las cosas y los asuntos espirituales, capítulo 5, por Watchman Nee)