Cristo es todas las cosas y los asuntos espirituales, por Watchman Nee

SOLO EL ARBOL DE LA VIDA TIENE VIDA

Con frecuencia nuestras propias obras nos condenan. Aquellos que sirven al Señor procuran serle más útiles. Es bueno y correcto servir al Señor, pero el servicio que le rendimos requiere en muchas ocasiones que suframos, que nos sacrifiquemos y que invirtamos nuestras energías y nuestro dinero. Sin embargo, lo extraño de esto es que muchas veces cuando hacemos estas cosas, no tocamos la vida. Por el contrario, recibimos muerte, nos debilitamos y sentimos que algo está mal en nuestro interior. Algo dentro de nosotros nos dice que estamos mal. ¿Por qué sentimos eso? Mientras sirvamos al Señor, trabajemos y planeemos hacer cosas para El, nos debilitaremos y algo dentro de nosotros nos reprenderá enérgicamente. En muchas ocasiones la reprensión que sufrimos por causa del pecado es menos severa que la que recibimos cuando procuramos efectuar actividades buenas.

Muchos piensan que el Señor sólo los reprenderá interiormente cuando pequen. ¡Pero no es así! Frecuentemente el Señor nos reprende mientras estamos haciendo algo bueno. El debido principio ante los ojos de Dios no es el principio del árbol del conocimiento del bien y del mal, sino el principio del árbol de la vida. No basta con diferenciar entre el bien y el mal; todo depende de la vida. Todo aquel que se alimenta del árbol del conocimiento del bien y del mal, ciertamente morirá. Sólo el árbol de la vida nos infunde vida.

(Cristo es todas las cosas y los asuntos espirituales, capítulo 5, por Watchman Nee)