I. LA BASE DE LA CONSAGRACION
1) “No sois vuestros ... Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” (1 Co. 6:19-20).
La base de nuestra consagración al Señor es que, debido a que El nos compró con Su sangre como precio (Ap. 5:9), hemos llegado a ser Sus esclavos comprados. Nosotros que creemos en el Señor y somos redimidos y comprados por el Señor somos los esclavos comprados del Señor; no somos nuestros, sino que somos del Señor. Es el Señor y no nosotros quien tiene el derecho sobre nosotros.
2) “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos” (Ro. 14:8).
Puesto que nosotros, los redimidos y comprados por el Señor, pertenecemos a El, sea que vivamos o muramos, somos del Señor. Esta es la base en la cual nos consagramos a El para Su uso.
(Lecciones de vida, tomo 2, capítulo 6, por Witness Lee)