Lecciones de vida, tomo 2, por Witness Lee

IV. LAS DIFERENTES CLASES DE REUNIONES DE LOS CREYENTES

A. La reunión del partimiento del pan

1) “El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para partir el pan” (Hch. 20:7).

Partir el pan es comer la cena del Señor para hacer memoria del Señor quien murió por nosotros (1 Co. 11:20, 23-25). Esta debe ser la primera clase de reunión regular para nosotros los que hemos sido redimidos por la muerte del Señor. Para detalles, véanse las siguientes dos lecciones.

B. La reunión de oración

1) “Si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados...” (Mt. 18:19-20).

Aquí el Señor está hablando acerca de la oración en una reunión. Esta clase de oración es más poderosa que la oración de un individuo, siendo capaz de atar en la tierra lo que ha sido atado en el cielo, y desatar en la tierra lo que ha sido desatado en el cielo (Mt. 18:18).

2) “Todos éstos perseveraban unánimes en oración, con las mujeres...” (Hch. 1:14).

De nuevo aquí, la oración de una reunión es mencionada. Esta fue la oración que trajo la bendición del derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés.

3) “Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios ... Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios” (Hch. 4:24-31).

Aquí dice que en aquellos días cuando los discípulos sufrían persecución, ellos se reunieron para orar de común acuerdo. Tal clase de oración hizo que fueran llenos exteriormente del Espíritu Santo y que hablaran con denuedo la palabra de Dios.

4) “Pero la iglesia hacía ferviente oración a Dios por él” (Hch. 12:5); “donde [la casa de María] muchos estaban reunidos orando” (12:12).

En el día en que Pedro fue encarcelado, la iglesia oró fervientemente por él, y un número considerable estaba reunido en la casa de una hermana, orando específicamente por él. Esa oración hizo que Dios llevara a cabo un gran milagro, liberando a Pedro de la prisión.

C. La reunión para el ejercicio de los dones espirituales y para la edificación mutua

1) “Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene enseñanza, tiene revelación, tiene lengua, tiene interpretación. Hágase todo para edificación” (1 Co. 14:26).

La reunión mencionada aquí es para el ejercicio de los dones espirituales y para la edificación mutua. En esta clase de reunión, no debe haber una persona especial que hace una cosa específica, sino que todos deben ejercitar los dones espirituales: uno tiene salmo, otro tiene enseñanza, otro tiene revelación, uno hace esto y otro hace aquello. Cada uno puede participar con el fin de la edificación en general, y de edificar a otros en particular.

D. La reunión para leer la Palabra

1) “Y reuniendo a la multitud, entregaron la carta [escrita por los apóstoles y los ancianos en Jerusalén]; habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación” (Hch. 15:30-31).

Aquí dice que cuando Pablo y sus compañeros llegaron a Antioquía, reunieron a los santos para leerles la carta escrita por los apóstoles y los ancianos de Jerusalén bajo la dirección del Espíritu Santo. Por lo tanto, algunas veces necesitamos también reunirnos para leer la palabra de Dios en la Biblia.

E. La reunión para escuchar mensajes

1) “Estando nosotros reunidos ... Pablo conversaba con ellos, habiendo de salir al día siguiente” (Hch. 20:7).

En aquel día, los creyentes en Troas se reunieron para escuchar el discurso de Pablo concerniente a las cosas espirituales de Dios, para que ellos pudieran ser edificados y establecidos. Por consiguiente, algunas veces debemos reunirnos también para escuchar los mensajes espirituales hablados mediante el ministro del Señor, el cual ministra la palabra por Dios, para que nosotros seamos edificados y establecidos.

(Lecciones de vida, tomo 2, capítulo 3, por Witness Lee)