Riquezas y la plenitud de Cristo y el avanzado recobro del Señor hoy en día, La, por Witness Lee

LA CARENCIA QUE HAY EN EL RECOBRO DEL SEÑOR HOY

Después que concluí el estudio-vida del Nuevo Testamento en 1984, empecé a observar el desarrollo de las iglesias en el recobro del Señor. Me di cuenta de que, aunque había un buen número de iglesias, no había un suficiente número de santos en las iglesias. Aunque predicábamos el evangelio, el resultado era menos de lo que esperábamos. Por ejemplo, cuando partí de la iglesia en Manila en las Filipinas en 1962, había alrededor de doscientos santos. Ahora veintisiete años más tarde, ha aumentado sólo a quinientos santos o más. Obviamente, la tasa de crecimiento no es elevada. Éste es un problema común en todas las iglesias hoy.

En la predicación del evangelio

En esta comunión quisiera demostrarles una cosa, a saber, que estamos carentes en la predicación del evangelio. No es suficiente que durante un periodo tan largo de tiempo hayamos tenido un incremento tan pequeño. Esta señal de advertencia nos dice que debemos humillarnos delante del Señor y pedirle que nos perdone.

En la alimentación y enseñanza de los nuevos creyentes

Al mismo tiempo, observamos que la carencia que impera entre nosotros no sólo es en la predicación del evangelio, sino también en la alimentación y el cuidado de las personas después que son salvas, así como en la ulterior edificación, enseñanza, perfeccionamiento, adiestramiento y suministración espiritual de los santos. Aunque decimos que todos los santos son sacerdotes y que entre nosotros no debe haber distinción entre clérigos y laicos, el hecho de que no hemos perfeccionado a los santos apropiadamente ha hecho que muchos santos sean incapaces de servir. Lo que considerábamos como servicios en la iglesia eran simplemente diversos asuntos prácticos como trapear los pisos, limpiar las ventanas, acomodar las sillas y servir de ujieres en las reuniones. Son pocos los que verdaderamente sirven en los servicios espirituales como sacerdotes y que son capaces de enseñar la verdad y ministrar vida. Así que, muchas veces inevitablemente se desarrolla el gusto por el sistema de clérigos y laicos.

En el perfeccionamiento de los santos

Efesios 4 nos muestra que la meta del perfeccionamiento de los santos es la obra del ministerio para la edificación del Cuerpo de Cristo (v. 12). Sin embargo, debemos reconocer el hecho de que no hemos alcanzado esta meta. La Biblia nos revela que todo lo que los apóstoles, profetas, evangelistas y pastores y maestros pueden hacer debe ser algo que todos los santos puedan hacer también. Esto es como empezar una universidad; no es suficiente simplemente invitar a oradores famosos para que les den charlas a los estudiantes. Además de esto, debe haber cursos, y debe haber también un número adecuado de profesores. Los estudiantes también deben dividirse en clases. Cuanto más pequeño sea el tamaño de la clase, y cuanto mayor sea el número de profesores, mejor. Los profesores deben enseñar a los estudiantes personalmente. De este modo, al cabo de cuatro o cinco años, los estudiantes se graduarán y podrán hacer lo mismo que hacen los profesores. Ésta es la única manera de tener una universidad exitosa.

El problema que tiene la iglesia hoy es que todos vienen únicamente a escuchar a oradores famosos. Esto ha continuado año tras año. Así que, después de treinta años no muchos han sido perfeccionados. Debemos volver a la práctica que se nos revela en las Escrituras: “Y Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos” (Ef. 4:11-12). Además, tenemos que aprender del ejemplo de Pablo de cómo perfeccionar a otros. No sólo él viajó a otros lugares para laborar, sino que también permaneció en un mismo lugar para perfeccionar a los hermanos y hermanas. Por ejemplo, él permaneció en Éfeso por tres años para enseñar públicamente y de casa en casa, amonestando a cada uno noche y día con lágrimas, sin rehuir anunciarles todo lo relacionado con el consejo de Dios, la enseñanza de los apóstoles y lo que pudiera aprovecharles (Hch. 20:20, 27). Después que los santos recibieron esta clase de perfeccionamiento, cada uno de ellos pudo hacer lo mismo que Pablo podía hacer. Ésta es la manera normal de proceder.

Hoy en día, aunque el Cuerpo de Cristo aún no ha sido edificado, y toda la tierra todavía se encuentra en un estado de desolación, tengo la certeza de que el Señor recobrará lo que está escrito en Efesios 4 y en 1 Corintios 14, de modo que cada santo pueda llegar a ser un apóstol, un profeta, un evangelista y un pastor y maestro. Esto ciertamente sucederá en el avanzado recobro del Señor hoy en día. Que el Señor tenga misericordia de nosotros.

(Mensaje dado por el hermano Witness Lee en Ciudad Quezón, las Filipinas, el 25 de marzo de 1989)

(Riquezas y la plenitud de Cristo y el avanzado recobro del Señor hoy en día, La, capítulo 5, por Witness Lee)