LAS REUNIONES CRISTIANAS
DEPENDEN COMPLETAMENTE DE QUE HABLEMOS
Las reuniones cristianas dependen completamente de que hablemos. Esta clase de hablar ocurre en dos direcciones. Tan pronto como vengamos a la reunión, debemos abrir nuestra boca para hablar, cantar, alabar, dar gracias y orar; esto va hacia Dios. Por otro lado, tenemos que hablar por Dios. De este modo, la gracia y las riquezas de Dios entrarán en otros por medio de nuestras palabras. Cuando le hablamos a Dios, nos estamos dando nosotros mismos a Dios; y cuando hablamos por Dios, permitimos que Dios se dé a nosotros. Las reuniones cristianas no son más que una oportunidad para hablarle a Dios y para hablar por Dios. Todos podemos hablarle a Dios y todos podemos hablar por Dios.
(Riquezas y la plenitud de Cristo y el avanzado recobro del Señor hoy en día, La, capítulo 7, por Witness Lee)