LA IGLESIA EN EL PLAN DE DIOS: SIN PECADO
Cuando leemos Efesios 5:25, encontramos el mismo significado. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a Sí mismo por ella”. En este pasaje debemos observar tres puntos:
Primero, Cristo se entregó a Sí mismo por nosotros, porque somos la iglesia. Romanos 5, que habla de la muerte de Cristo por los pecadores, tiene que ver con la redención. Sin embargo, Efesios 5 no trata del problema de los pecadores, sino de la iglesia. El contexto de Efesios 5 no trata de que Cristo vino con el fin de morir por nosotros porque éramos pecadores, sino que El se dio a Sí mismo por nosotros porque somos la iglesia.
En segundo lugar, Cristo se entregó a Sí mismo por nosotros porque El nos ama, y no porque hemos pecado. Según 1 Corintios 15, Cristo murió por nuestros pecados, pero Efesios 5 declara que Cristo amaba a la iglesia y se entregó por ella. El se entregó por amor, y no por nuestros pecados. Una cosa es morir por el pecado, y otra muy distinta es morir por amor. Morir por el pecado soluciona el problema del pecado: esto es la redención. Pero la entrega de Cristo por nosotros es un asunto de amor. El pecado no está incluido en Efesios 5. Este aspecto de Su muerte está relacionado con el amor y no tiene nada que ver con el pecado.
En tercer lugar, Cristo se entregó por nosotros para darse a nosotros, y nuestros pecados no tienen nada que ver con eso. Podemos traducir este versículo así: “Cristo amó también a la iglesia y se dio a la iglesia”. Adán impartió su hueso a Eva; igualmente, Cristo se impartió a Sí mismo en nosotros. Lo tenemos dentro de nosotros porque El murió; El ya entró en nosotros. Puesto que El murió, ahora llevamos Su vida adentro. El mismo se impartió dentro de nosotros.
Considerémoslo por un momento. ¿No es algo maravilloso? Desde el punto de vista de Dios, la iglesia nunca pecó y jamás estuvo relacionada con el pecado. Es cierto que Dios conocía la caída del hombre y su necesidad de ser redimido, pero ¡qué maravilloso es!, por otro lado El no miró el pecado en absoluto. En otras palabras, dentro de nosotros existe una porción que no tiene ninguna necesidad de redención. Esta es la porción que hemos recibido de Cristo. No necesita ser redimido porque trasciende el pecado. (Por supuesto, logramos esta porción después de ser redimidos.) Esta porción es la iglesia.
Las Escrituras revelan cómo Dios usó muchas mujeres para tipificar a la iglesia. Aparte de la historia de Eva, Génesis contiene la historia de Rebeca y Asenat. El matrimonio de Rebeca con Isaac representa a la iglesia ofrecida a Cristo. El matrimonio de Asenat con José y el hecho de que ella dio a luz hijos en Egipto tipifica a la iglesia escogida de entre el mundo y apartada para Dios. Exodo habla del matrimonio de Séfora con Moisés en el desierto. Esto tipifica a la iglesia en el desierto. Josué habla de Asa, quien pidió, después de casada, los ríos altos y bajos. Esto tipifica la adición de la herencia por parte de la iglesia. El matrimonio de Rut con Booz tipifica la redención de la iglesia. El matrimonio de Abigail con David tipifica a la iglesia como ejército que se prepara a pelear.
El Antiguo Testamento habla de muchas mujeres que tipificaban los varios aspectos de la iglesia; la iglesia fue escogida de entre el mundo, fue redimida, llevada por el desierto, reclutada para la guerra, hecha heredera, y ofrecida a Cristo. Todos estos tipos en las Escrituras aluden a la iglesia, pero entre todos ellos, el tipo en Génesis 2 es único. Ningún otro tipo se parece a éste porque aquí Eva representa la iglesia como es realmente en la mente de Dios y muestra el lugar que la iglesia ocupa en Su plan eterno. Todos los demás tipos aparecen después de la caída del hombre; el tipo de Eva es el único que precede la caída. Todos los demás tipos están relacionados con la responsabilidad moral, pero éste no.
La Eva que Dios hizo salió de Adán, y no de un pecador redimido. Fue hecha antes de que se produjera el pecado. Del mismo modo, la iglesia sale de Cristo; no tiene nada que ver con el hecho de que los pecadores reciban gracia o sean salvos. Eva salió de Adán y era totalmente para Adán; y también, la iglesia sale de Cristo y está totalmente destinada a Cristo.
Podemos considerar que la iglesia se compone de muchas personas salvas, como Rut. Rut estaba totalmente involucrada en el pecado, y Booz vino a redimirla. Pero éste no es el cuadro de la iglesia que nos presenta Génesis 2. En el tiempo de Rut, el pecado ya había entrado, pero en Génesis 2 no había ningún problema de pecado. Allí tenemos la iglesia que estaba en el principio; no estaba relacionada con el pecado. ¡Oh, esto es un asunto tremendo, y son palabras con un significado muy importante! En el pensamiento de Dios desde el principio, ¡la iglesia no tiene ninguna historia de pecado!
Cuando la gente pregunta por la historia de nuestra salvación, siempre empezamos con la caída, es decir, cómo pecamos y erramos en el pecado, cómo fuimos tan malos, cómo oímos el evangelio, creímos en el Señor Jesús, y fuimos salvos. Siempre empezamos por la caída. Pero a los ojos de Dios, la iglesia nunca fue tocada por el pecado. La iglesia salió de Cristo y nunca fue tocada por el pecado y nunca conoció el pecado. Lo que está exento de pecado se llama Eva, y lo que procede completamente de Cristo se llama la iglesia. Eva, la iglesia, es lo que viene exclusivamente de Cristo y todo lo que es y tiene será para Cristo. Eva tipifica un hombre corporativo hecho por Dios, la iglesia que totalmente procede de Cristo. La iglesia no es la composición de seres humanos procedentes de toda nación, raza, y pueblo. ¡No! Sólo lo que viene de Cristo puede llamarse la iglesia. El punto no reside en el hecho de que mucha gente crea en Jesús y se convierta en la iglesia. La iglesia es la porción que procede solamente de Cristo. Debemos ver que la iglesia es la vasija que Dios ha escogido para manifestar a Su Hijo, Cristo, y para cumplir Su propósito eterno. No tiene nada que ver con el pecado y nunca fue tocado por el pecado.
Nuestros pensamientos deben ser renovados y debemos entrar en lo que Dios considera más importante. Muchos hijos de Dios relacionan todo con el problema del pecado y con la salvación. Siempre piensan en el estado pecaminoso en el cual se encontraban y en la manera en que fueron salvos. Parece que siempre adoptamos la perspectiva del pecado. Este asunto siempre está con nosotros, pero Dios intenta cambiar radicalmente nuestro modo de pensar. El desea que tengamos una visión totalmente nueva de la iglesia; El quiere que veamos que ella en nada está relacionada con el pecado. Desde el principio y hasta el final, la iglesia procede de Dios, es para Dios y nunca ha tocado el pecado. En nuestro interior se encuentra una porción que procede de Cristo y que es Cristo mismo. Esta porción nunca ha estado relacionada con el pecado y nunca lo será; el pecado no puede entrar en contacto con ella. Ciertamente podemos decir que dentro de nosotros hay algo santo. Oh, ¡que todos entremos en la visión que tiene Dios de la iglesia! Desde este punto de vista parece que El ha borrado toda la historia del pecado.
Cuando lo alabemos en la eternidad, no necesitaremos mencionar la clase de pecadores que fuimos. Dios desea llevarnos a un nivel donde toda la historia que sigue Génesis 3 desaparecerá y donde se le presentará únicamente lo que es de Cristo. ¡Este es el propósito eterno de Dios! Dios desea obtener una iglesia, un hombre corporativo, en el cual todo procede de Cristo y es para Cristo, una iglesia en la cual no existe ninguna historia de pecado.
Regresemos a Génesis 2:18 “Y dijo Jehová Dios: no es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. La creación de Eva fue hecha para satisfacer el deseo del corazón de Dios. Por tener tal deseo El lo realizó. Debemos observar que la creación de Eva viene relatada en Génesis 2, antes de que se produjeran los acontecimientos en Génesis 3. No hubo problema de responsabilidad moral entre Dios y el hombre porque el pecado todavía no había entrado. El hombre no tenía problemas con Dios; por consiguiente, todos los acontecimientos relatados en Génesis 2 cumplían el propósito de satisfacer las necesidades de Dios mismo, no el de resolver los defectos del hombre. La creación de Eva en Génesis 2 muestra cómo Dios se propuso tener Su iglesia desde la eternidad y por toda la eternidad. Lo primero que vio Dios no fue la caída del hombre, sino el plan que El se propuso en la eternidad pasada. El plan de Dios en la eternidad consistía en que el hombre ejerciera la autoridad de Dios y desbaratara toda la obra de Satanás. Este es el propósito de Dios para la iglesia, y se cumplirá completamente en la eternidad venidera. Dios busca dicha iglesia para que satisfaga Su corazón. Después de crear el varón y la hembra, El descansó. Dios estaba satisfecho porque obtuvo tal iglesia.
(
Iglesia gloriosa, La, capítulo 2, por Watchman Nee)