Práctica de la vida de iglesia según la manera ordenada por Dios, La, por Witness Lee

LA MANERA BÍBLICA DE GANAR PERSONAS PARA CRISTO

La mejor manera de ganar personas para Cristo es la manera bíblica. Esta manera consiste, primeramente, en orar por las personas (1 Ti. 2:1-4). En segundo lugar, consiste en hacer que la palabra apropiada de la Biblia sea digerida en nuestro ser de manera que podamos usar lo que hemos digerido de la Palabra para cuidar con ternura y nutrir a otros (1 Ti. 4:6; 2 Ti. 3:15-17). En tercer lugar, nosotros mismos tenemos que vivir en esta tierra sin ningún otro interés aparte de Cristo y Su Cuerpo. Nuestro interés en esta tierra tiene que ser sencillamente vivir a Cristo con Su iglesia (Fil. 1:21; 3:8; 2:20-21). Por supuesto, necesitamos ganarnos el sustento, casarnos y tener hijos, pero todas estas cosas no son nuestro interés principal. Nuestro interés principal es Cristo y la iglesia. Esto no es meramente una obra o una clase de conducta; esto es nuestra vida y nuestro vivir. Necesitamos ser personas así.

Una vez que llenemos estos tres requisitos, necesitamos saber que debemos llevar fruto (Jn. 15:1-8, 16); necesitamos producir algunos miembros para Cristo. Todos los días debemos orar por las personas que nos rodean, incluyendo a nuestros familiares y los de nuestro cónyuge, nuestros compañeros de estudio y nuestros vecinos. Luego, debemos digerir la Palabra en nuestro interior para poder estar llenos y aun constituidos de la santa Palabra. Si somos este tipo de personas, ganaremos a las personas apropiadas y las conduciremos directamente a Cristo. Además, nos será fácil llevar a ese tipo de personas adelante en el Señor. No vendrán a nosotros aquellos que buscan a Dios de un modo meramente natural y humano ni aquellos a quienes les gusta tener una religión. En la sociedad, entre tanta gente, cada uno tiene su gusto personal. No debemos pasar mucho tiempo con aquellos que buscan una religión para poder hallar reposo. Es difícil conseguir que tales personas busquen a Cristo. Algo en su ser natural prefiere tener una religión.

Fue Dios quien nos creó. Yo creo que fui creado por Dios para ser lo que soy. Soy una persona que desea sacrificarlo todo por Cristo. Dios me hizo así. Yo amo la Biblia. Tengo muy buena memoria cuando se trata de conocer la Biblia. Tal parece que nunca podría olvidar la Biblia. Con mucha frecuencia se me olvidan los nombres, pero me cuesta mucho olvidar un versículo de la Biblia. Yo creo que Dios me hizo así.

Cuando yo era joven, me gustaba mucho jugar fútbol. Un día después de haber sido salvo, repentinamente me arrepentí y pensé que no debía continuar jugando fútbol. Esto ocurrió poco después de haber oído el evangelio. El día en que oí el evangelio, el Señor me cautivó. El mensaje del evangelio que oí ese día trataba de que los hijos de Israel habían sido usurpados por Faraón, quien tipificaba a Satanás. Yo respondí a esa palabra, diciéndome a mí mismo que yo no permitiría que Satanás me usurpara. Aquellos que hemos creído en el Señor Jesús no lo hemos hecho porque nosotros mismos seamos capaces de creer; Dios nos creó así. Antes que naciéramos, Dios nos había escogido (Ef. 1:4; 1 P. 1:1-2). Dios nos creó de tal manera que nos alegramos de ser lo que somos hoy. Si usted me diera el mundo entero y me hiciera rey, yo no aceptaría tal oferta. Ésa fue mi oración esa tarde cuando fui salvo. Cuando salí de dicha reunión, me detuve de camino a casa y oré, diciendo: “Señor, aun si yo pudiese poseer toda la tierra y ser rey, no lo aceptaría. Quiero seguir a Jesús; estaría dispuesto a llevar una Biblia e ir a las aldeas a predicar el evangelio”. Aun hoy sigo siendo el mismo.

(Práctica de la vida de iglesia según la manera ordenada por Dios, La, capítulo 13, por Witness Lee)