Práctica de la vida de iglesia según la manera ordenada por Dios, La, por Witness Lee

V. VER CLARAMENTE LA SITUACIÓN ACTUAL EN EL RECOBRO DEL SEÑOR

El quinto requisito previo es ver claramente la situación actual en el recobro del Señor. Debido a que estamos en el recobro, debemos conocer la situación actual del recobro. No debemos ser indiferentes, sino que debemos conocer la verdadera situación. Esto requiere que nos adentremos en la naturaleza intrínseca de cada problema.

Según el principio ordenado por Dios en Su creación, no hay nada que pueda existir sin tener dos lados. Incluso una delgada hoja de papel tiene dos lados. Además, según lo ordenado por Dios, para existir, muchas cosas no sólo necesitan dos lados, sino también una cáscara exterior y una realidad interior. Una nuez es una clase de fruta, pero su apariencia es áspera y resistente. La cáscara de la nuez no es la verdadera nuez. La verdadera nuez no es la cáscara, sino la pulpa, el núcleo. Cuando comemos una nuez, no comemos la cáscara, sino la pulpa. La cáscara de la nuez y la pulpa son dos cosas diferentes.

El libro de Jeremías puede compararse a una nuez. Por muchos años no entendí este libro. Cuando lo leí por primera vez, no lo aprecié. No obstante, había dos versículos en Jeremías que nunca pude olvidar. El primero fue 17:9, que dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, / e incurable; / ¿quién lo conocerá?”. Desde mi juventud, me he acordado de ese versículo. Me ha ayudado a no confiar en cualquier corazón, incluyendo mi corazón, porque el corazón del hombre es engañoso. El segundo versículo es 13:23, que dice: “¿Podrá cambiar el cusita su piel, / o el leopardo sus manchas? / Entonces también podríais vosotros hacer el bien, / quienes estáis acostumbrados a hacer el mal”. Este versículo dice que es imposible cambiar la naturaleza pecaminosa del hombre. Jeremías compara la naturaleza pecaminosa del hombre con dos cosas: la piel del cusita y las manchas del leopardo. El hecho de que nadie puede cambiar estas dos cosas indica que la naturaleza pecaminosa del hombre es inalterable. Mientras escribía los bosquejos para el Entrenamiento del invierno de 1991 sobre Jeremías, me vi obligado a adentrarme intrínsecamente en el núcleo del libro de Jeremías. Fue entonces que el Señor me mostró el contenido de este libro.

(Práctica de la vida de iglesia según la manera ordenada por Dios, La, capítulo 2, por Witness Lee)