III. LA RESPONSABILIDAD DE LOS CREYENTES
ANTE EL SENTIR DE VIDA
A. Andar solamente conforme al espíritu,
poniendo la mente en el espíritu
1) “...andamos ... conforme al espíritu ... la mente puesta en el espíritu” (Ro. 8:4-6). El sentir de vida en nosotros proviene del Espíritu y está en nuestro espíritu. Así, nuestra primera responsabilidad hacia el sentir de vida es andar sólo conforme al espíritu, poniendo nuestra mente en el espíritu. Es decir, debemos obedecer al espíritu y ocuparnos del espíritu en todo.
B. Atender al sentir interior de vida
1) “...la mente puesta en el espíritu es vida y paz” (Ro. 8:6).
Cuando ponemos nuestra mente en el espíritu, tenemos vida y paz por dentro. Tanto la vida como la paz son el sentir de vida interior, las cuales pueden ser percibidas por nosotros. Por lo tanto, necesitamos atender al sentir de vida y paz que está dentro de nosotros.
C. Obedecer con temor y temblor
1) “...como siempre habéis obedecido ... llevad a cabo vuestra salvación con temor y temblor” (Fil. 2:12).
Debemos obedecer con temor y temblor la operación de Dios que sentimos interiormente, sea que esta operación es para el querer o para el hacer. El temor es nuestro motivo interior y el temblor es nuestra actitud exterior. Debemos de esta manera obedecer el sentir de vida que está dentro de nosotros.
D. Permanecer en el Señor conforme
a la enseñanza de la unción
1) “Así como la unción ... os ha enseñado, permaneced en El [en el Señor]” (1 Jn. 2:27).
La unción en nosotros nos enseña a conocer al Señor y las cosas concernientes al Señor. Debemos permanecer en el Señor y tener comunión con El conforme a esta enseñanza.
(Lecciones de vida, tomo 3, capítulo 8, por Witness Lee)