Lecciones de vida, tomo 3, por Witness Lee

V. LA RESPONSABILIDAD DEL CREYENTE PARA CON LA COMUNION DE VIDA

1) Continuar con perseverancia: “Y perseveraban ... en la comunión” (Hch. 2:42).

Una vez que recibimos la vida del Señor, entramos en la comunión de Su vida. De ahí en adelante, debemos continuar con perseverancia en esta comunión de vida.

2) Obedecer la enseñanza de la unción: “Así como ella [la unción] os ha enseñado, permaneced en El [en el Señor]” (1 Jn. 2:27).

A fin de continuar con perseverancia en la comunión de vida, debemos permanecer en el Señor según la unción nos ha enseñado, y debemos obedecer la enseñanza de la unción.

3) Andar en la luz: “Pero si andamos en luz, como El está en luz, tenemos comunión unos con otros” (1 Jn. 1:7).

La comunión de la vida del Señor nos trae a la luz de Dios. Debemos andar en esta luz para que tengamos comunión con Dios y con el Señor, y con todos los santos, y para que mantengamos la comunión de la vida del Señor.

4) Confesar nuestro pecados: “Pero si andamos en luz ... tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús Su Hijo [el de Dios] nos limpia de todo pecado ... Si confesamos nuestros pecados, El [Dios] es fiel y justo para perdonarnos ... y limpiarnos” (1 Jn. 1:7-9).

Si vivimos en la comunión de la vida del Señor, la luz de vida del Señor en nuestro interior nos mostrará nuestros pecados en la comunión de Su vida. Sentiremos nuestros pecados y confesaremos a Dios. Entonces El nos perdonará y nos limpiará de toda injusticia para que vivamos más profundamente en la comunión de Su vida.

Los cuatro puntos precedentes son nuestra responsabilidad hacia la comunión de vida.

(Lecciones de vida, tomo 3, capítulo 7, por Witness Lee)