Lecciones de vida, tomo 3, por Witness Lee

IV. TRASLADADOS A CRISTO

1) “Todo aquel que en El [en Cristo] cree” (Jn. 3:16).

Aquí la palabra en implica literalmente “entrar en”. Al creer entramos en Cristo. Originalmente nacimos en Adán, y después de nuestro nacimiento, continuamos viviendo en Adán. Cuando creímos en el Señor, fuimos puestos en Cristo para que entráramos en El y fuéramos una persona en El.

2) “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gá. 3:27).

El bautismo sigue inmediatamente después de creer. Creer y ser bautizados son dos partes de un solo paso para que entremos en el Señor. Creer es entrar en Cristo interiormente, mientras que ser bautizado es entrar en Cristo exteriormente. Nuestro creer es nuestro entrar en Cristo en realidad, en nuestro espíritu; nuestro ser bautizados es nuestro entrar en Cristo de manera práctica, en el agua. Una vez que creemos, entramos en Cristo en el espíritu. Luego, mediante el bautismo, confesamos y confirmamos este hecho, exhibiéndolo y declarándolo. Por lo tanto, creer y ser bautizados es un paso completo que nos pone en Cristo, trasladándonos de Adán a Cristo a fin de que seamos un hombre en Cristo.

3) “Mas por El [por Dios] estáis vosotros en Cristo Jesús” (1 Co. 1:30).

Nuestra responsabilidad es creer y ser bautizados para poder entrar en Cristo. Pero poner el Espíritu de Cristo y la vida de Cristo en nosotros está más allá de nuestra propia habilidad; esto lo hace Dios. Cuando entramos en Cristo al creer y ser bautizados, Dios pone el Espíritu de Cristo y la vida de Cristo en nuestro espíritu, para que nosotros y Cristo tengamos una unión orgánica espiritual; todo esto lo hace Dios. Por lo tanto, en lo que al Espíritu y a la vida se refiere, es por Dios que estemos en Cristo Jesús. Es Dios quien nos puso en Cristo y puso el Espíritu y la vida de Cristo en nosotros, para que estemos unidos con Cristo en espíritu, como una sola entidad. Con la excepción de creer y ser bautizados, lo cual lo hicimos nosotros, todo lo demás es completamente la obra de Dios mediante Su Espíritu. De esta manera, Dios en realidad nos trasladó de Adán a Cristo en el Espíritu y en vida, para que fuéramos nosotros personas completamente en Cristo.

(Lecciones de vida, tomo 3, capítulo 1, por Witness Lee)