APRENDER A HABLAR, PEDIR HIMNOS
Y ORAR EN LAS REUNIONES
A veces se piden himnos en la reunión de la mesa del Señor que no son apropiados para esa reunión. El propósito de la mesa del Señor es recordar al Señor. El Señor Jesús dijo: “Haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de Mí” (1 Co. 11:25). Sin embargo, algunos de los himnos que se piden en la reunión de la mesa del Señor no son para hacer memoria del Señor. Puede que un himno sea muy bueno, pero tal vez no corresponda con la naturaleza de la mesa del Señor. Cuando se pide semejante himno, no debemos discutir, sino que debemos escoger un himno apropiado que lo reemplace. De este modo, todos los que asisten a la reunión aprenderán a pedir los himnos apropiados.
Además, algunas de las oraciones ofrecidas en la reunión de la mesa del Señor no son apropiadas para esa reunión. Por tanto, todos nosotros necesitamos aprender a hablar, a pedir himnos y a orar. María no podría haber expresado su profecía en Lucas 1 sin haber aprendido. Tal vez ella practicaba hablando día tras día en su hogar en Nazaret. Necesitamos practicar el modo de ofrecer nuestras oraciones en la reunión de la mesa del Señor. Podemos aprender a decir: “Señor, te damos gracias de que estamos en Tu mesa. Sobre la mesa la copa está separada del pan, lo que significa que Tu sangre fue separada de Tu cuerpo. Por lo tanto, esta mesa nos exhibe Tu muerte. Gracias por la copa, y gracias por el pan”. Luego otro hermano o hermana puede continuar: “Señor, esta copa representa el pacto que Tú promulgaste por nosotros con Tu sangre”. Luego, otro puede añadir: “Señor, el pan representa Tu cuerpo físico que Tú diste por nosotros en la cruz, y también representa Tu Cuerpo místico, el cual es la iglesia, que me incluye a mí y a todos los santos”. Si tres santos oraran de esta manera en la reunión de la mesa del Señor, la reunión se elevaría al tercer cielo.
Si se piden himnos y se ofrecen oraciones que no corresponden con la reunión de la mesa del Señor, será difícil repartir el pan y el vino, aun después de que haya pasado un tiempo considerable, debido a que no se ha levantado la atmósfera adecuada. Por otro lado, si se piden himnos correctos y se ofrecen oraciones adecuadas, la atmósfera se levantará, y el partimiento del pan puede ocurrir muy temprano en la reunión. A veces en la reunión se pide un himno correcto, pero después de cantar el himno, no se ofrece ninguna oración. Esto se debe a que los asistentes no tienen la capacidad de ofrecer alabanzas que correspondan a un himno cómo ese. Por lo tanto, todos tenemos mucho que aprender.
Muchos de nosotros no nos damos cuenta de cuán escasos estamos del aprendizaje espiritual adecuado. Ésta es la razón por la cual nuestras reuniones son pobres, viejas, vacías y carecen de un rico contenido. Todos tenemos que aprender, a fin de mejorar nuestra situación. No hay muchos entre nosotros, incluyendo a los ancianos y colaboradores, que hayan sacrificado suficiente tiempo y energía para aprender las lecciones espirituales. Los ancianos y los colaboradores deben dedicar más tiempo para aprender las lecciones espirituales. Este aprendizaje nos constituirá con una mejor capacidad para las reuniones, y estas serán más elevadas. Todos necesitamos aprender, no sólo a hablar en las reuniones, sino también a hablar algo que tenga mucho significado de acuerdo a una capacidad mejorada.
(
Práctica del profetizar, La, capítulo 2, por Witness Lee)